Redacción Guayaquil
El Salón de la Ciudad fue escenario ayer del rechazo a la supuesta intención del Gobierno de perjudicar a Guayaquil en sus rentas.
En la hora y media que duró la sesión del Concejo Cantonal, el alcalde Jaime Nebot y los 10 concejales afines reclamaron los 34,4 millones de dólares que faltan en la asignación presupuestaria.
Una cadena oficialista
El Gobierno dedicó una larga cadena nacional, la noche del miércoles y ayer, para cuestionar la posición del alcalde Nebot respecto del reparto presupuestario. Se recogieron los testimonios de varios alcaldes (Esmeraldas, Quinsaloma, Pujilí, Tulcán, entre otros) quienes valoraban el supuesto esquema de reparto que defiende el Gobierno.
Según el Régimen, un alcal-
de inteligente permite que haya una mejor distribución de los ingresos para los cabildos más pequeños. Eso, como una manera de evitar la emigración descontrolada a las ciudades grandes. La cadena recopiló varias imágenes de Nebot en 2007, cuando reconocía la entrega puntual de los dineros desde el Gobierno Central.Desde el inicio de la sesión, el público que llenaba el salón abucheó y gritó “fariseo” y “traidor” al concejal oficialista Octavio Villacreses. Además, proferieron consignas encontra del Régimen e insistieron en defender en las calles los fondos municipales.
Hoy, a la medianoche, se cumple el plazo que el Concejo Cantonal dio a la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri. La intención del Municipio es que presente las cifras oficiales de lo que se le asignará al Municipio porteño. Según Nebot, el incremento en el Presupuesto General del Estado, en un 38%, debe reflejarse en el reparto de los recursos a los cabildos.
Viteri dijo el martes pasado que “no le corresponde ni al Concejo de Guayaquil ni al Alcalde dar plazos”. Explicó que hay una disposición constitucional, que dice que el valor a asignarse “sea por lo menos lo que recibió en 2008”. Además, que la Constitución establece que los organismos seccionales deben recibir el 15% de los ingresos permanentes y el 5% de los no permanentes.
Las críticas de Nebot comenzaron el 16 de diciembre pasado, cuando el Municipio de Guayaquil aprobó su presupuesto de USD 445,2 millones. Y han ido subiendo de tono. En la sesión de ayer eso fue evidente.
Como último punto de la sesión, una moción del concejal Manuel Samaniego (Madera de Guerrero) encendió más la protesta. Propuso rechazar unas declaraciones del presidente Rafael Correa, por considerarlas como “ofensas a la dignidad del pueblo guayaquileño”.
Para reforzar su argumento, el concejal mostró en una pantalla gigante imágenes de la cadena presidencial del 9 de enero y un discurso del 19 de enero en Bastión Popular, durante el relanzamiento de la tarjeta del MIES.
En ambas intervenciones, Correa sugirió a los pobres de Guayaquil que aceptaran “los dolaritos y sanduchitos”, que les ofrecen para asistir a la movilización que promueve el Alcalde.
Correa dijo en la cadena: “Si los movilizan, vayan y acepten el sanduchito y los 5 ó 10 dólares que les dan, porque si no, los garrotean los municipales. Les quitan los terrenitos. Vayan, pero al rato de votar ya saben por quién votar, ya saben quién está con los pobres…”.
El concejal Samaniego también dijo que no se podían aceptar “los insultos” de Villacreses al pueblo de la ciudad. Él dijo, en días pasados, que quienes asisten a las sesiones del Municipio, los jueves, lo hacen por un sánduche.
Villacreses ayer ofreció disculpas, si es que los había ofendido. Pero eso no fue suficiente para calmar a las barras nebotistas, que intentaban acercarse a su silla para agredirlo. El Alcalde pidió calma y respeto al público; y a los concejales, aceptar las disculpas, si es que eran sinceras. Además, pidió que lo dejaran salir en paz.
Villacreses y sus cuatro colegas de bancada salieron antes de terminar la sesión con la protección de sus asesores y de la guardia municipal. Al salir, el gobiernista dijo que fue golpeado en la espalda por los simpatizantes de Nebot. Y se quejó de la poca seguridad que se brindó en la sesión, algo que fue desmentido por el Alcalde.
Gino Molinari, su coideario, dijo que fue una ofensa toda la sesión y que se estaba provocando una agresión. La concejala alterna de Villacreses, Hanne Holst, estaba nerviosa entre la masa que la siguió hasta la salida del salón. “Es lamentable que el Alcalde, basado en un supuesto, esté levantando a la ciudad…”.
El Concejo rechazó lo que se considera “una agresión más a Guayaquil”, con 11 votos. Incluido el “voto de indignación” de Nebot. “Mucho más grave es pretender arrebatar la dignidad de un pueblo, ofenderlo de esa manera. Aquí no hay gente vendida. Guayaquil ni se compra ni se vende”.
Entre el público, José González, dirigente del Cerro de Mapasingue, dijo que estaba ahí porque quiere obras para su sector. Y que las puertas del Municipio siempre están abiertas para la gente.
De pie, Miguel Bohórquez, presidente de la Confraternidad de Moradores de Guayaquil, aplaudió a Nebot con la convicción de que el Alcalde hace obras. Cree que el “Gobierno quiere perjudicar a Nebot, pero afecta a todos los guayaquileños”. Por eso, la próxima semana estará en las calles.