Imagen referencial. El aparato tipo Black Hawk, con 17 uniformados dentro, se precipitó en un tramo del río Inírida, entre los departamentos de Guaviare y Vaupés, en el sureste selvático del país. Foto: Reuters
Al menos nueve militares murieron y seis quedaron heridos en Colombia, tras la caída de un helicóptero durante una operación contra guerrilleros que se apartaron del acuerdo de paz, informaron autoridades este martes 21 de julio de 2020.
El aparato tipo Black Hawk, con 17 uniformados dentro, se precipitó en un tramo del río Inírida, entre los departamentos de Guaviare y Vaupés, en el sureste selvático del país.
Dos de los ocupantes siguen desaparecidos.
El presidente Iván Duque describió lo ocurrido como un “accidente”, aunque el ejército no ha determinado si la aeronave fue derribada o cayó por una eventualidad.
“Quiero también transmitir un mensaje de dolor (…) sobre el accidente que se presentó en el Guaviare (…) Hay nueve cuerpos sin vida que fueron encontrados”, agregó en una breve alocución.
Más temprano, el alto mando había informado que seis soldados habían sido rescatados con heridas y 11 estaban desaparecidos. Tropas de apoyo encontraron luego nueve cuerpos mientras avanza la búsqueda de los otros efectivos.
Según el ejército, la aeronave participaba en una acción contra las llamadas disidencias de las FARC – la otrora poderosa guerrilla que firmó la paz en 2016 – en una zona donde también hay narcocultivos.
“La comisión de la División de Aviación Asalto Aéreo del Ejército Nacional se encuentra en el lugar iniciando las investigaciones correspondientes con el fin de determinar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrieron los hechos”, detalló la institución en un comunicado.
Una disidencia poderosa
Por las riberas del Inírida, en una estratégica zona para el narcotráfico, se mueve la que es considerada la disidencia más poderosa de las disueltas FARC al mando de “Iván Mordisco”, en alianza con “Gentil Duarte”.
Con una larga trayectoria en la guerrilla, Duarte alcanzó a sumarse a las negociaciones de paz que condujeron al desarme de la organización.
Sin embargo, finalmente se marginó del acuerdo con el gobierno del expresidente y Premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos (2010-2018) , y actualmente está tras la reunificación de los grupos que optaron por no firmar el pacto que terminó con un levantamiento armado de casi seis décadas.
Inteligencia militar calcula que las disidencias cuentan con por lo menos 2.300 integrantes que sobreviven en la guerra gracias al narcotráfico, la minería ilegal y una extensa red de apoyo.
El acuerdo de paz permitió el desarme de unos 7.000 hombres y mujeres de los casi 13.000 que acreditó el hoy partido de izquierda Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) .
El movimiento ha denunciado el asesinato de 219 de sus excombatientes desde la suscripción de los convenios, que han aliviado aunque sin extinguir por completo una guerra que deja más de nueve millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
De acuerdo con la fiscalía, detrás de los crímenes están tanto las disidencias de la guerrilla marxista como el también insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos ligados al narcotráfico.
Colombia es el mayor productor y exportador de cocaína que se vende en Estados Unidos y Europa.