Las baldosas de cerámica son el revestimiento para pisos y paredes más utilizado en los últimos años. Si usted es hábil puede colocarlas con mano propia en un piso.
Lo que hay que vigilar es que cada unidad quede nivelada y a la misma altura que sus predecesoras luego de pegarlas. El primer paso es igualar el piso donde va a colocar las fichas. Este debe estar uniforme y liso. Luego moje el piso y las baldosas y prepare el mortero de cemento.
La proporción más aconsejada es una cantidad de cemento por cuatro de arena fina y un 10% de agua, sugiere el maestro Carlos Collaguazo, “hasta que la mezcla esté compacta y se pueda trabajar”. Claro que ahora se utilizan pegamentos listos para colocar, como Bondex. En este caso no se deben mojar las cerámicas.
Una vez puesta la capa de mortero se colocan las baldosas, una por una. Cada una debe estar alineada con la otra. Para eso tire un cordel de extremo a extremo. También debe estar nivelada. Iguale la baldosa con pequeños golpecitos con el cabo de un martillo.
¿Y si de lo que se trata es de cambiar una baldosa rota?
Primero evalúe los desperfectos del piso que desea reparar para que pueda determinar cuántas baldosas va a reparar directamente sobre el suelo y cuántas va a sustituir.
Si va a reemplazar la baldosa, termine de romper la pieza con el cincel y el martillo.
Realice esto desde el centro de la baldosa rota hacia fuera, tratando con extremo cuidado los bordes para no dañar las baldosas circundantes.
Con una espátula raspe bien el hueco para quitar los restos de cemento y limpie los residuos con una escoba.
Coloque la pieza siguiendo el proceso anterior.