La Comisión aprobó artículos de la Ley de Comunicación contra la libertad de expresión y creó la inquisición con el Consejo, organismo que juzgará y sancionará a los medios, a los periodistas y a los ciudadanos que a su juicio cometan delitos puntualizados en la Ley, redactada en Carondelet .
Con cinismo se estipula que no habrá censura previa, “siempre que…” constan las limitaciones que en cada caso serán interpretadas a juicio del Consejo dominado por el Dictador.
Como juez y parte vendrán las sanciones con multas, cárcel y clausura de los medios.
El propósito, fundamentalmente, es tomarse la prensa (lo único que le faltaba) para obligarnos a oír, ver y leer lo que Correa ordene.
Los ciudadanos ya no podremos estar informados sobre la corrupción de los funcionarios, los Patiñovideos, los nexos con las FARC, los acuerdos con Chávez , los juegos del “Cúirculo Rosa”, denunciados por Fabricio, etc.
Además, los columnistas y lectores ya no podremos ser críticos o contradictores del Gobierno. Ya no podremos opinar sobre el Dictador o sobre Panchana con términos como traidor al periodismo, incondicional y cepillo, por cuanto el Consejo Inquisidor nos enjuiciaría calificando de injurias calumniosas. Pero ¿cómo podríamos comprobar que es incondicional y cepillo? Imposible. Entonces multas y a la cárcel.
Si pasa la Ley habrán matado a la democracia, pero los asesinos algún día serán sancionados.
Nelson Ramos Paredes