Más de 2 000 personas disfrazadas de diablos, guarichas, bailarines de línea, capariches y bandas coparon el centro. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Guarichas, bailarines de línea, capariches, los músicos de la banda de pueblo y los diablos son los principales personajes de la Diablada píllareña.
Esta manifestación popular y cultural tiene más de 150 años de celebrarse en el cantón Píllaro, en Tungurahua. Los festejos que se iniciaron el miércoles pasado y finalizarán el próximo martes 6 de enero.
Más de 2 000 bailarines de las comunidades Tunguipamba, Guanguibana, Marcos Espinel, Chacata, El Carmen, Robalino Panda y San Vicente de Quilimbulo coparon, en la tarde, las calles y avenidas del centro de la ciudad.
Sus vestimentas coloridas, estrafalarias máscaras y sus danzas fueron la atracción de más de 5 000 turistas que llegaron a este cantón ubicado al nororiente de Tungurahua. Esta fiesta fue declarada en el 2009 como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.
A las 13:30, la fiesta en las comunidades ya estaba instalada. Las partidas, como se denomina a cada uno de los grupos, comenzaron a bajar por las estrechas vías asfaltadas que unen a sus poblados. La comparsa de Tunguipamba fue la primera en descender al centro de Píllaro. Más de 300 personas entre niños, jóvenes y adultos bailaron al ritmo de la banda 9 de Septiembre.
Gilbert Campaña, de 65 años, fue uno de ellos. Él participa en esta celebración desde hace 45 años. Es bailarín de línea y luce una camisa blanca, una máscara de malla, un sombrero.“Ser bailarín es un honor”.