El Gobierno chino exigió a la India que retire de inmediato las “tropas invasoras” de su lado en la zona fronteriza de Doklam y que aborde rápidamente el conflicto para restaurar la paz en la región.
“Las fuerzas armadas chinas defenderán resueltamente la soberanía territorial y los intereses de seguridad del país”, advirtió un portavoz del Ministerio de Defensa de China, Ren Guoqiang, en un comunicado difundido anoche en su web.
El 16 de julio China acusó a tropas indias de entrar ilegalmente en su territorio con el fin de detener las obras de una carretera en la zona fronteriza de Doklam (o Donglang), que este país se disputa con el vecino Bután, que pidió ayuda a su tradicional aliado indio.
Hasta este jueves 3 de agosto de 2017, denuncian las autoridades chinas, todavía había tropas fronterizas de la India “ilegalmente en el territorio chino”.
“Desde que ocurrió el incidente, China demostró su buena voluntad y trató de comunicarse con la India a través de los canales diplomáticos para resolver el incidente”, asegura el comunicado.
Además, “las fuerzas armadas chinas también han mostrado un alto nivel de moderación con vistas a las relaciones bilaterales generales y la paz y la estabilidad regionales”, agrega.
Sin embargo, advierte el texto, la paciencia de Pekín podría estar acabándose. “Ningún país debe subestimar la confianza y la capacidad de las fuerzas chinas para salvaguardar la paz y su resolución y voluntad para defender los intereses nacionales de soberanía, seguridad y desarrollo”, apunta.
Hace unos días se celebró en Pekín un encuentro entre los responsables de seguridad de las cinco potencias emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y precisamente ese conflicto fronterizo centró la atención de la reunión.
El encuentro fue parte de las reuniones previas a la cumbre de los líderes BRICS que se celebrará dentro de un mes en Xiamen (sureste de China).
Un incidente similar ocurrido en 1962, en el que el Ejército indio paró las obras de una carretera china en una zona disputada, desató una breve guerra entre los dos países, que se saldó con la muerte de unos 2 000 soldados y victoria de China, aunque siguen existiendo reclamaciones fronterizas mutuas.
Mientras India controla la zona de Arunachal Pradesh, reclamada por China, el régimen comunista administra de facto otra área disputada por ambos, Aksai Chin, en la frontera occidental de los dos países y parte de la histórica región de Cachemira.