En Quito, quienes se autodenominan católicos viven los ritos de la cuaresma a su manera. Es decir, el ayuno, la oración y la limosna, las tres prácticas que se recomiendan para los fieles en estos días. De hecho, pocos creyentes conocen sobre las mismas.
La cuaresma comenzó el pasado miércoles 22 de febrero del 2023, día en que se coloca ceniza en la frente de los feligreses, y se extiende por 40 días.
Durante este tiempo, los católicos se alistan para la Semana Santa y la Pascua de Resurrección, que es el 9 de abril. Aunque la misma Iglesia Católica insiste en que estos ritos no se cumplan necesariamente al pie de la letra, sino que se acoplen a la realidad de cada persona. Sin embargo, para muchos esto es desconocido.
Es más, el mismo Papa Francisco ya ha recalcado que el ayuno no se refiere explícitamente a no comer carne determinado día de la semana. Por ejemplo, una forma de vivir esta práctica es privarse de algo que bien puede ser o no una comida o algo que no aporte al crecimiento espiritual.
En Quito, una buena parte de los habitantes se autodenomina como católicos aunque esto se cumple -en ocasiones- por herencia familiar.
Una adaptación a lo personal
Si bien hay creyentes que sí cumplen a rajatabla con estas tres prácticas, en las mismas parroquias hablan de una adaptación a lo personal.
Juan Carlos Garzón, sacerdote de la Arquidiócesis de Quito y de la Parroquia La Santísima Trinidad, en La Gasca, lo explica.
El ayuno, dice él, se relaciona a la privación. “Es decir, privarme del chisme, de las redes sociales. Cada uno debe buscar su propio ayuno. Unos dicen no voy a comer algo, otros dicen no voy a tomar cerveza. Es tiempo de sacrificio, pero es personal”.
Lo mismo ocurre con la oración. Garzón indica que no necesariamente se debe acudir a los templos para orar; lo pueden hacer en cualquier momento y lugar. De la misma forma para la participación de la limosna, que no necesariamente debe ser económica.
“Este tiempo se intensifican las obras sociales, se hacen misiones para atender a los enfermos o se crean equipos para dar de comer en la calle”, añade.
Un tiempo de reflexión
Y aunque no todos los creyentes ponen en práctica estos tres lineamientos, sí coinciden en que es un tiempo de reflexión. Y así mismo viven a su manera.
María José Chaves, de 31 años, sabe que se trata de días especiales porque así se lo inculcaron sus padres y hasta conoce sobre los ritos como el ayuno. “Es un tiempo de reflexión, cuando Dios entre en nuestros hogares, a llenarnos de fe y esperanza. No cumplo con las tres prácticas pero en nuestro caso (familia) es para acercarnos a Dios”.
En eso coincide Estefanía Loaiza, de 35 años. “Es un tiempo en el que me gusta reflexionar mucho sobre lo que hago en el día a día. Por ejemplo, como estoy con mi familia, mi esposo, amigos y amigas. Me parece que incluso es una época para ver cosas más productivas como leer y de compartir cosas bonitas en familia, como la misma fanesca”.
Ritos como tradición
Para otros creyentes, las prácticas de la cuaresma sí se cumplen, aunque con ligeras adaptaciones y apegadas a ritos que ya hasta se han vuelto una tradición familiar.
Yadira Novillo, de 46 años, vive este tiempo desde el Miércoles de Ceniza cuando acude a la iglesia y participa de la eucaristía especial.
De allí, cada viernes en su casa se privan de una determinada comida que no tenga carne. “Cuando ya llega Domingo de Ramos, vamos a la misa, bendecimos el ramo y lo pasamos por toda la casa”.
Una vivencia parecida la vive Martín Heredia, de 34 años, quien sabe y practica los tres puntos claves de la cuaresma. “Son actos de ejercicio espiritual que fortalecen nuestra alma. Cuando se practican las tres cosas hay un crecimiento espiritual”.
En eso está de acuerdo el sacerdote Luis Villacís. “La idea es hacer una representación de los 40 días que Jesús estuvo en el desierto. Es un tiempo de preparación, para pulir y cambiar”.
Valentina Ramírez, de 22 años, se reconoce como católica y conoce sobre el tiempo de cuaresma pero no sabe a detalle sobre los ritos. “Es tiempo para reflexionar, eso si”, comenta.
Colectas para ayudar
Para responder a la tercera práctica (limosna o caridad) en Quito y en el país en estos días se vuelven más comunes las colectas para ayudar a diferentes causas. También hay retiros espirituales, convivencias y recorridos para ayudar a los más vulnerables.
Una de las colectas más conocidas es la de Munera, que promueve Caritas Ecuador desde hace 47 años, y justamente arranca el Miércoles de Ceniza.
La idea es recolectar fondos para distribuirlos a familias vulnerables de al menos 600 parroquias del país.
Este año, la colecta lleva el lema Donar es Amor en Acción. Y para colaborar con la iniciativa se puede llenar un cupón virtual en el portal: https://www.caritasecuador.org/munera
Este año también se realiza la novena colecta anual a San José, para el Seminario San José, y se llevará a cabo del 10 al 18 de marzo del 2023.
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