Carlos Pérez, presidente de la Ecuarunari, salió antes de las 16:00 de hoy, viernes 4 de diciembre de 2015, por el acceso principal de la sala de Emergencias del Hospital Eugenio Espejo. Se movilizó en una silla de ruedas.
El dirigente ingresó a esta casa de salud, ayer, a las 19:30. Y lo hizo con un dolor intenso en todo el cuerpo, por los golpes que supuestamente recibió durante la manifestación en contra de la aprobación de las enmiendas constitucionales.
A un costado de la sala de Emergencias, el dirigente indígena recordó, con voz muy baja, cómo fue golpeado. Dijo que sintió que unos caballos pisaban su cuerpo y después de que un toletazo golpeara su rostro cayó al piso y perdió el sentido.
En total fueron nueve puntos en el rostro y dos en la cabeza. Todo su cuerpo está golpeado, aseguró. Precisó que seguirá “en la lucha, porque ellos (refiriéndose al Gobierno) tienen las balas y nosotros (el pueblo) el corazón”.
Luego agradeció al personal del Hospital Eugenio Espejo porque recibió “una atención de primera”.
Sus compañeros de la Ecuarunari le ayudaron a llegar a un automóvil rojo, en el cual intentaron embarcarlo con dirección a la sede, ubicada en el barrio El Dorado. No lo pudo hacer, pues el asiento del copiloto estaba muy alto y aún siente fuertes dolores en el cuerpo.
La segunda opción: un Vitara gris. Allí, con ayuda de los guardias del hospital, lo embarcaron y se marchó.