En una entrevista con el diario El Telégrafo, el actual canciller subrogante, Xavier Lasso, asegura que la clase media quíteña es “peligrosamente violenta”, en referencia a las protestas en contra del Régimen que se han registrado en los últimos meses.
“Esa clase media no ha reconocido que esta es una revolución ciudadana que se diferencia de la revolución social por su contenido pacífico y democrático”, señala Lasso, quien reemplaza temporalmente al canciller Ricardo Patiño, que está con licencia para fortalecer las bases de Alianza País.
Además cree que las protestas son fruto de una falla de comunicación: “Hay cierta quiteñidad que no alcanza a entender ciertos códigos que solo los guayaquileños entendemos, hasta las formas del saludo, las ironías y las vaciladas”.
Frente a esto, los exasambleístas y exconstituyentes César Montúfar y María Paula Romo señalan que esas aseveraciones faltan al respeto a los quiteños.
César Montúfar: “Los quiteños protestan por temas de carácter nacional”
Imagen referencial de César Montúfar. Foto: Eduardo Teran Urresta/ EL COMERCIO
¿Cómo ve las declaraciones del canciller subrogante, Xavier Lasso?
El ministro subrogante parecería más un comentarista de temas culturales y comunicacionales, pero para nada un ministro de Relaciones Exteriores. La entrevista muestra una desconexión muy preocupante entre la persona que va a estar a cargo de nuestra política exterior, su conocimiento, su expectativa y sus preocupaciones. Ya como comentarista de asuntos políticos, es algo que poco le corresponde como canciller subrogante.
¿Qué opina de la aseveración de que la clase media es violenta?
Hay una falta de respeto a Quito, a sus habitantes y ciudadanos, quienes en su legítimo derecho han salido mayoritariamente a protestar, a expresar su rechazo y descontento ante la situación. Calificarlos de violentos por el hecho de protestar me parece una actitud de autocomplacencia, de ensimismamiento de la que parece no solamente él, sino el Gobierno. La protesta responde al acumulado de puntos en los que el Gobierno ha maltratado, ha desconocido, ha denigrado ha afectado directamente a amplísimos sectores de la población que tienen el derecho a protestar y que de ninguna manera pueden ser calificados de violentos.
Ya se ha hecho así en anteriores ocasiones…
A Quito le caracteriza su carácter pacífico. Los quiteños nacidos en Quito y aquellos de corazón asumen un papel importante, protagónico en demandar y discutir temas de carácter nacional. Eso implica un nivel de consciencia política, cívica y patriótica que es importante resaltar. Los quiteños no salimos a las calles en las últimas semanas para reclamar por temas específicos de la ciudad, sino por temas nacionales, pensando en el país. La visión de Lasso desconoce la tradición de protesta y rebeldía de los quiteños.
Pero en esta aseveración no hay nada nuevo. El Presidente y Alianza País ya han calificado a los manifestantes de violentos…
Es un síndrome de distorsión de la realidad del que padece toda la élite gobernante. Pero no solo la correísta sino que también la padeció la corriente gutierrista, por dar un ejemplo. Ellos miraban a la protesta quiteña como algo sin importancia primero, y la minimizaron, y segundo no valoraron que aquí tenemos una tradición que viene desde la colonia. Esta tradición que exige cambios profundos es algo que está enraizado en la cultura política quiteña. El señor Lasso debería estudiar la historia.
María Paula Romo: “El Gobierno y el Presidente también gobiernan para la clase media”
Imagen referencial de María Paula Romo. Foto: Patricio Teran/ EL COMERCIO
¿Cómo ve las declaraciones del canciller subrogante, Xavier Lasso?
Él es el Canciller, entonces cuando leo una entrevista con el Canciller del Ecuador espero leer lo que él tiene que decir sobre la política internacional del Ecuador. Entonces, con esas declaraciones, uno se figura que (Lasso) no va a venir de Canciller sino de ayudante del señor (Ricardo) Patiño y la señora (Doris) Soliz con los temas de la política cotidiana del Gobierno. Al parecer, él está más preocupado por las marchas, así como Patiño. Tal como está la entrevista, él podría ser el dirigente de las juventudes de Alianza País o el asesor de comunicación para Ecuador TV o los señores Alvarado.
Sobre eso, Lasso señala que las protestas son fruto de un problema comunicacional del Gobierno. Que se utilizaron códigos “guayacos” que los quiteños no entienden…
Dice que hay diferentes códigos para comunicar en Quito y comunicar en Guayaquil. De nuevo está buscando la calentura en las sábanas. De ser cierto lo que el señor Lasso dice, no se explicaría que los proyectos de Ley que detonaron las protestas hayan tenido y sigan teniendo mucho más rechazo en Guayaquil. De ser cierto lo que dice, si el Gobierno se equivocó en Quito, se recontra equivocó en Guayaquil. Este es un problema que va mucho más allá de la comunicación. Hay un problema en la economía real y la gente empieza a sentirlo.
¿Está Lasso reafirmando la tesis del Gobierno de la violencia en las manifestaciones?
Me parece insólito que, tres años después de vivir fuera del país, se sienta autorizado para clasificar a la clase media quiteña como violenta. Creo que está excediéndose en lo que él debería hacer como Canciller al inmiscuirse en un asunto así y con estos términos. Me parece que comete el mismo error que está cometiendo el Gobierno: subestimar las legítimas motivaciones de quienes hoy ven que crece el descontento en contra del Régimen.
¿Por qué?
Hay motivos legítimos, y no importa si al Gobierno le cae bien o mal, si le parece que es la clase media quiteña o no. El Gobierno y el Presidente también gobiernan para ese sector de la población y que es mayoritario, según los últimos estudios, pues la clase media es el sector más grande de la población ecuatoriana. También es la que tributa, paga impuestos, por sus características, por su vinculación con la economía y la formalidad en su empleo. No pueden hacer ninguna diferencia y no deberían. Esta es una nueva afrenta, es ofender a quienes tienen algo que decirle al Gobierno y al país.