Manta es la ciudad más costosa; Santo Domingo, la más económica

El mercado Mayorista de Santo Domingo recibe productos de la Costa y de la Sierra. Foto: Katherine Delgado para EL COMERCIO

El mercado Mayorista de Santo Domingo recibe productos de la Costa y de la Sierra. Foto: Katherine Delgado para EL COMERCIO

La apertura del nuevo centro comercial es parte del crecimiento económico de Manta. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Manta experimenta un intenso movimiento por las construcciones de vías, nuevos edificios y viviendas. Estas edificaciones, que se levantan desde el terremoto de abril del 2016, han dinamizado la economía de esta urbe.

Ese movimiento económico generó un proceso de especulación en los últimos tres años. Los alimentos y el transporte, sobre todo en taxi, se encarecieron. Por ejemplo, una carrera cuesta hasta USD 3 en una ruta que antes valía USD 1,25. Los almuerzos también subieron de USD 2,50 a 3,50.

Este puerto se ubicó por primera ocasión, en mayo pasado, como la ciudad más costosa del país al considerar la Canasta Básica Familiar, que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Manta, por lo general, ocupaba el tercero o cuarto lugar, pero el mes pasado superó a Loja y a Cuenca, que -históricamente- se han alternado en la primera ubicación en este ‘ranking’.

Para el decano de Economía de la Universidad Laica Eloy Alfaro, Fabián Sánchez, el incremento en el costo de los servicios se debe al mejoramiento de los ingresos de los mantenses por la pesca y la construcción, que generaron más fuentes de empleo.

El mercado Mayorista de Santo Domingo recibe productos de la Costa y de la Sierra. Foto: Katherine Delgado para EL COMERCIO

Manta también concentra una alta población de estudiantes que llega de otros cantones para asistir a la Universidad Laica Eloy Alfaro. Su presencia incide en el alza del arriendo. Belén Ortiz estudia Ingeniería Ambiental y renta en USD 200 un departamento cerca de la universidad. Hace tres años pagaba USD 120.

En mayo pasado, Loja fue la segunda ciudad más costosa y Cuenca, la tercera. En esta última, los egresos que una familia destina a los rubros de la categoría de vivienda (alquiler) son los más altos, si se compara con las otras ocho ciudades donde se calcula el costo de la Canasta Básica Familiar.

Según el directivo de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Azuay, Marco Rodríguez, los estadounidenses y europeos que se radicaron en Cuenca causaron el alza en el costo de arriendos.

Aclara que si bien en Quito y Guayaquil hay zonas exclusivas donde los alquileres son más costosos, en la capital azuaya no hay tanta disparidad de precios en los arriendos mínimos y máximos, pero el valor promedio puede ser más alto que en otras regiones. El alquiler de una vivienda para la clase media en Cuenca oscila entre USD 300 y 600 al mes.

En Loja pesan más las categorías de alimentos y bebidas y de indumentaria. La distancia geográfica incide directamente en el mayor costo en esta ciudad, dice el analista económico Ronny Correa.

Él señala que la ropa que se comercializa en esta urbe para los sectores populares proviene sobre todo de Ambato, Pelileo y el Perú, por lo que el costo del transporte encarece los precios de venta.

Lo mismo ocurre con los alimentos. Según Correa, en este caso, a más del transporte, la migración rural hizo que la producción de alimentos escaseara. Ante una menor oferta los precios tienden a subir.

Lo contrario ocurre en Ambato y Santo Domingo, que son las ciudades donde la Canasta Familiar Básica cuesta menos.

Ambato es considerada un centro de acopio de productos agrícolas y de comercio, que luego se distribuyen a todo el país, dice el director del Observatorio Económico de la Universidad Técnica de Ambato, Diego Proaño. “Los productos agrícolas ingresan al Mercado Mayorista, donde se fijan los precios referenciales para otras ciudades”.

Para Jacobo Suárez, exgerente del Mercado Mayorista, los valores que se fijan en este centro de expendio son utilizados como referencia en otras ciudades donde cuestan más, debido a la intermediación.

Laura Carrión es agricultora de la parroquia Izamba. Ella siembra lechuga, tomate riñón, brócoli y zanahoria para venderlos en el Mayorista. “Aquí hay compradores que llegan de todo lado, eso facilita la venta a precios estables, pero suben cuando llegan a los intermediarios”.

Puso como ejemplo la caja del tomate riñón de 13 libras, que vendió el domingo pasado en USD 13. “En otras urbes cuesta entre USD 15 y 16”.

El arriendo también es económico en Ambato. Magdalena Moreno vive en la ciudadela La Pradera, en el oriente de la urbe. Alquila un departamento de tres dormitorios, sala, comedor, cocina y baño. Cancela USD 200 al mes. “Es un valor relativamente bajo, porque cuando vivía en Quito en un sitio más pequeño pagaba 300”.

A Santo Domingo también le beneficia la ubicación geográfica. A esta ciudad llegan a diario comerciantes mayoristas de la Costa y de la Sierra, que venden sus productos a menor costo y sin intermediarios.

Ellos ofertan en dos mercados mayoristas. Allí, por ejemplo, hay 15 proveedores de papa de Cañar, Chimborazo, Carchi y Pichincha, entre otras zonas. Venden entre USD 5 y USD 15 el quintal de papa.

Según Jorge Velásquez, catedrático de Economía en la Universidad Tecnológica Equinoccial, esos precios permiten que un pequeño comerciante venda hasta 5 libras por USD 1. Mientras, que en Manabí el quintal del tubérculo cuesta USD 3 más que en la provincia tsáchila.

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