¡Déjalos Cruzar!. Así es como se denomina la campaña de sensibilización impulsada por la Viceprefectura de Pichincha en coordinación con colectivos animalistas, cuyo objetivo es evitar que los animales sean atropellados en las vías.
Durante la mañana de hoy, miércoles 28 de febrero del 2018, artistas nacionales, estudiantes de la capital y miembros de colectivos, se ubicaron en la avenida Diego Vásquez de Cepeda y Manuel Córdova Galarza, en el norte de Quito, para entregar stickers que generen conciencia social.
En ese mismo sitio, la viceprefectura colocó una de las vallas que permanecerán en varias vías de la provincia para enfatizar el respeto por la vida de las mascotas.
“Este mismo mensaje a través de vallas se encuentra en Los Bancos, en la Alóag – Santo Domingo, en la Armenia, en la autopista General Rumiñahui”, explicó Marcela Costales, viceprefecta de Pichincha.
Gabriela Quiroga, presidenta de la Fundación Raíz Animal, explica que según cifras manejadas por ese organismo, existen al menos 600 000 perros en Quito.
Una campaña busca que los animales no sean arrollados en las vías en Quito. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
De ellos solo 100 000 tienen dueño, otros 100 000 lo tienen pero están callejizados, es decir, salen en busca de comida y regresan a su hogar solo para dormir.
Pero los 400 000 restantes se encuentran en completo abandono y muchos de ellos mueren usualmente arrollados en las vías.
De allí que, a su criterio, este tipo de campañas son fundamentales para que la ciudadanía evite ser indiferente ante la situación de los animales.
“Lo importante es evitar arrollarlos, pero en caso de que no lograramos frenar y los herimos, la conducta más responsable es llevarlos a un veterinario y no dejarlos mal heridos en la vía”, comentó Quiroga.
Según la animalista, muchos canes pasan hasta tres días agonizando tras un arrollamiento y finalmente mueren.
Por su parte Costales señala que la campaña además busca preservar otras especies como los osos, que suelen cruzar en las carreteras y corren el riesgo de morir entre las llantas de un vehículo.