Diana Jiménez despacha los medicamentos en la farmacia del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La efectividad de los medicamentos originales, conocidos como ‘de marca’, y de genéricos, que tienen igual composición química, está nuevamente en debate en el país. La calidad y el precio son factores discutidos por pacientes que probaron los dos tipos de fármacos.
Los ‘de marca’ cuentan con investigaciones, pruebas y patente o certificado de propiedad, que dura 20 años. Los genéricos se elaboran con la misma patente. De estos salen los ‘genéricos de marca’, con nombre comercial.
Lo explicó Carlos Durán, viceministro de Gobernanza y Vigilancia de la Salud. “La diferencia está en el precio. El genérico es más barato, pero su efectividad es del 100%”, dijo, aunque los paciente ponen en duda esa afirmación.
Rebeca Salvador es madre de Anahí Mejía, de 22 años, a quien hace cinco le diagnosticaron esclerosis múltiple. Se trata de una enfermedad degenerativa del sistema nervioso.
Los tres primeros años recibía inyecciones de un medicamento de bajo impacto. Su mal avanzó, por lo que accedió a la segunda fase del tratamiento.
Ella tomó las pastillas por dos años e hizo una vida normal: de la casa al instituto donde estudia para ser chef. En mayo le recetaron un genérico -que insiste- no le sentó bien. Los síntomas: fatiga y adormecimiento volvieron.
Madre e hija aducen que el nuevo medicamento le afectó. Muestran unas fichas amarillas levantadas por su médico de un hospital público. Pero su caso aún está en estudio.
Mientras su familia compró el fármaco original. Recolectaron USD 3 456 para una caja de 28 pastillas, toma una diaria.
En Ecuador, los genéricos copan menos del 20% del mercado, según Miguel Palacios, director Ejecutivo de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos.
Pero si estuviera aprobado el Código Orgánico de Salud -aún en debate- alcanzaría el 95%, porque se incluye a los genéricos comunes y medicinas con nombre de marca que superaron los 20 años, que se puede mantener la patente.
En países como Estados Unidos, los genéricos reinan. Ocupan más del 80%, recordó el viceministro Durán.
Las dudas sobre la eficacia de los genéricos llevó a una paciente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social a emprender una batalla legal.
Lucía Cedeño también padece esclerosis múltiple y es una de los 165 pacientes del Hospital Carlos Andrade Marín.
No ha tomado el genérico. Le teme y solo dice que no es efectivo, por lo que interpuso un pedido de medidas cautelares en la Defensoría del Pueblo. El 15 de agosto pasado dispuso que todos los hospitales cuenten con las dos alternativas y su distribución dependa del médico tratante, que debe recetar el que les vaya mejor.
En el Andrade Marín se abrieron 15 fichas amarillas, en donde se detallan los eventos adversos al tomar la medicina. Seis sí fueron por problemas con el genérico, confirmó Patricio Correa, neurólogo.
Pero dijo que aún resta por hacer más pruebas y que a los seis pacientes se les administrará una medicina de mayor impacto. El doctor Dario Sarasti, coordinador General de Diagnóstico y Tratamiento, ratificó que ambos tipos de fármacos están disponibles.
Para Enrique Terán, doctor en Farmacología y profesor de la USFQ, se deben exigir más pruebas de calidad.
El viceministro Durán cree que la calidad depende de buenas prácticas de manufactura, a las que llama ‘la columna vertebral del proceso’. Subrayó que al comprar los productos del Cuadro Nacional Básico de Medicamentos, la Cartera busca un principio activo o componente químico, más no una marca determinada.
“La compra es una tarea de entidades que se encargan del proceso de contratación”, precisó Carlos Durán. Ratificó que la medicina que se distribuye en sus unidades de salud es de calidad comprobada.