Roma, DPA
Bud Spencer alcanzó la fama mundial como héroe bonachón y obeso de comedias de acción.
Algunos de sus éxitos
En 1971 lo llevó a la fama ‘Le seguían llamando Trinidad’ y en 1972 fue ‘¡Más fuerte, muchachos!’ (1972).
‘Banana Joe’ fue la producción cinematográfica germano-italiana que en 1981 le trajo aplausos.Sus peleas del lejano Oeste al lado del frío Terence Hill lograron hace ya tiempo carácter de culto. A pesar del éxito, jamás se hizo ilusiones sobre lo que hacía.
“Hasta un chimpancé podría hacerse actor así”, opinó alguna vez Bud Spencer sobre sí mismo y su carrera cinematográfica.
“Cada enfoque se repite 25 veces. A mí me alcanza con 40, 50 palabras para impugnar toda una película”, manifestó.
Ayer, el actor, nacido en Nápoles con el nombre de pila de Carlo Pedersoli, cumplió 80 años.
Hijo de un fabricante proveniente de la metrópolis próxima al Monte Vesubio, en el sur de Italia, Spencer alcanzó su fama de héroe de peleas de westerns relativamente tarde.
Lo que muchos apenas podrán creer, por su actual corpulencia, es que en los cincuenta fue reiteradas veces campeón italiano de natación y hasta llegó a competir en los Juegos Olímpicos.
Spencer estudió además abogacía y se doctoró. Por miedo a que se le subieran los humos a la cabeza a causa del éxito deportivo, en 1957 dejó Italia y se fue a Sudamérica como obrero de la construcción, en busca de sí mismo.
“Quería saber quién soy”, dijo. De vuelta a Italia, casado y ya padre de dos hijos, el destino lo pilló de casualidad. Eso fue en 1967, cuando un conocido de su mujer buscaba un tipo corpulento para una película. Se trataba del conocido director Giuseppe Colizzi.
El filme se llamaba ‘Dios perdona… yo no /Tú perdonas… yo no’. Así empezaba la era del ‘spaghetti – western’. Y con él, nacía también la figura artística y el ídolo Bud Spencer.
La figura clave que se sumó al ídolo fue el italiano Terence Hill.
En las siguientes décadas, mientras que a su socio de películas le correspondería el papel del elegante, guapo y fuerte como un toro, ‘Big Buddy’ hacía la de cabezón flemático que, fuerte pero bondadoso, dejaba a sus adversarios fuera de combate.
Las peleas, con el tiempo cada vez más extensas, se volvieron de culto y Bud Spencer más pesado.
“En algún momento pesé 160 kilos. Mi caballo se tiraba de espaldas, desesperado, en cuanto me veía venir”, contó alguna vez.
El jubilado héroe del western vive desde hace años nuevamente en Italia. Se dice que pesa 120 kilos. En lugar de actuar, Bud Spencer se permite ahora aparecer como invitado en series.
El claro ejemplo es su rol de jefe culinario en la serie televisiva italiana ‘I delitti del cuoco’ (‘Los delitos del cocinero’), que próximamente será emitida en Italia.