Brasilia, DPA
Brasil no “incentivó” ni “ofreció cobertura” al regreso del presidente destituido Manuel Zelaya a Honduras, y lo recibió en la embajada en Tegucigalpa en respeto a “derechos humanos elementales”, afirmó hoy en Brasilia la ministra del Gabinete Civil de la Presidencia, Dilma Rousseff.
“El hecho de que él (Zelaya) haya ingresado en Honduras no significa en ningún momento que Brasil haya incentivado, otorgado cobertura ni nada de eso. Brasil simplemente respetó. Esos son derechos humanos elementales”, afirmó la ministra, quien es la candidata preferida del presidente Luiz Inacio Lula da Silva a su sucesión en los comicios de 2010.
A su vez, en Nueva York, donde abrirá mañana la Asamblea General de las Naciones Unidas, Lula da Silva afirmó que espera que el gobierno de facto de Honduras no ataque la embajada brasileña y que abra camino a la restitución de Zelaya.
Según Lula, los golpistas “deberían darle el lugar a quien tiene el derecho de estar en ese lugar, que es el presidente elegido democráticamente de Honduras”.
Tras recordar que América Latina ha superado la era de golpes de Estado, Lula afirmó que, ahora, “nosotros estamos consolidando la democracia en nuestro continente y no podemos aceptar que, por divergencias políticas, las personas crean que tienen el derecho a derrotar a un presidente democráticamente elegido”. “Si les gusta o no les gusta, habrá cambio en la elección.
Lo que no se puede aceptar es el hecho de que un golpista considere que tiene el derecho a ser presidente sin disputar elecciones”, apuntó. Las declaraciones de Lula fueron formuladas en una entrevista concedida a representantes de la prensa deportiva, en la que volvió a defender públicamente la candidatura de Río de Janeiro a sede de los Juegos Olímpicos de 2016, y luego fueron transmitidas a la prensa brasileña por asesores del mandatario.
Los mismos asesores informaron que Lula habló hoy por teléfono con Zelaya, para “pedirle mucho cuidado para no permitir ningún pretexto que lleve los golpistas a practicar violencia”.
“El país está en estado de sitio, los aeropuertos están cerrados. Él pasó una noche tranquila en la embajada”, afirmó Lula, quien agregó que el mandatario derrocado le aseguró que está pidiendo al pueblo hondureño que, de realizar manifestaciones para apoyarlo, que las hagan en forma pacífica.
Según Lula, el canciller brasileño Celso Amorim ya está en contacto con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, para verificar la posibilidad de acompañarlo a Honduras “para ayudar”.
“Estamos otorgando apoyo al presidente Zelaya y nos gustaría que los golpistas se dispusieran a negociar para encontrar una salida acordada y democrática para Honduras”, agregó el mandatario brasileño.
Al mismo tiempo, dejó en claro que Brasil no se dispone a reemplazar al mediador oficial de la crisis, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, y opinó que el mejor negociador sería Insulza: “Tenemos una organización (OEA) que representa a todos los países.
Por lo tanto, es él (Insulza) el que debe sentarse a la mesa de negociaciones”, enfatizó.