A través de una sentencia judicial se declaró al rÃo Machángara como sujeto de derechos y se ordenó al Municipio de Quito a fijar un plan para limpiar a este cuerpo de agua. EL COMERCIO conversó con la bióloga y docente de la UDLA, Blanca RÃos, sobre la situación del rÃo y la importancia de su remediación para la gente y la biodiversidad de especies.
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ENTREVISTA
¿Cuáles son los principales problemas que presenta el rÃo Machángara?
El problema principal que se detecta y el más evidente es la cantidad de coliformes fecales que son un indicador de la contaminación por aguas residuales. Esto es algo que la Epmaps mismo lo dice: el 98% de las aguas residuales de Quito no se tratan y la mayorÃa de estas van al Machángara y al rÃo Monjas. Desde la quebrada El Batán, en Guápulo, hacia el sur todo va hacia el Machángara y en el norte las aguas residuales sin ningún tipo de tratamiento drenan hacia el rÃo Monjas.
¿Qué pasa con el impacto del agua lluvia?
Hay que tener todo un sistema eco hidrológico de disminución del impacto de las aguas lluvias. La ciudad es una gran área impermeable y nosotros tenemos alcantarillado combinado, asà que cuando hay tormenta estas aguas entran violentamente al alcantarillado, al rÃo y socavan el canal del rÃo.
Esto genera que los bancos del rÃo vayan cediendo, cayendo y ese es uno de los problemas de la quebrada Carretas. Ahà se está perdiendo áreas por un mal manejo de los caudales de lluvia y de aguas residuales.
Se está descargando un caudal mayor al que las quebradas receptoras tenÃan naturalmente, entonces la morfologÃa del sitio se va adaptando a ese nuevo caudal haciéndose más ancho, más profundo y pone en riesgo la infraestructura de la misma ciudad.
El tema de la infraestructura, la seguridad de esta y su viabilidad a largo plazo ayuda a mejorar la calidad del agua que entra a los cuerpos de agua. Cuando uno hace estas estructuras de retención se detienen contaminantes de la calle y otras cosas.
Este caudal en vez de que entre de una sola lo hace poco a poco y eso requiere de la construcción de bioalcantarillas, pozas de retención, más parques verdes, zonas de acumulación de agua como pequeños humedales en los redondeles.
¿Qué otros elementos deben incluirse en el plan de remediación?
Hay estudios de la Universidad San Francisco que han detectado altas cantidades de metales pesados. Hay otro estudio hecho hace unos años de un profesor que vino con una beca Prometeo a la ESPE, en el que se detectaron cantidades enormes de fármacos.
Si ninguna de nuestras aguas se trata y me pego un antibiótico, un anticonceptivo, con mi orina va a ir al rÃo y no hay ningún proceso que trate de descomponer esas moléculas, todo eso entra a los ecosistemas. Tenemos que acordarnos que estamos a 2 800 metros sobre el nivel del mar y todo esto mandamos para abajo, a la cuenca del rÃo Esmeraldas, que tiene altÃsimos niveles de contaminación.Â
La estrategia serÃa empezar por el sur, en donde hay más espacio, menos quebradas soterradas y donde se pueden hacer más trabajos de restauración ecológica.
¿Cuáles son los puntos prioritarios para intervenir tomando en cuenta la extensión del rÃo?
En la demanda se ponen objetivos alcanzables a cinco, 10 y 15 años. Lo más simple es lo que está más arriba y conforme el rÃo pasa por Quito se complejiza la situación.
El tema más urgente para todo el trayecto es que todos los colectores de agua residuales ya no lleguen ahÃ, sino que se vayan a plantas de tratamiento de agua residual.
La estrategia serÃa empezar por el sur, en donde hay más espacio, menos quebradas soterradas y donde se pueden hacer más trabajos de restauración ecológica.
En el sur serÃa toda la parte de las quebradas Ortega y Calicanto.
Eso tiene dos efectos: primero sobre la calidad del agua que va más abajo, pero sobre todo en la gente porque ya no es un rÃo apestoso, es un espacio bonito y las personas de más abajo empiezan a exigir que también les atiendan y se genera esta presión ciudadana.
Una forma de que los votantes también exijamos es que se recupere el rÃo Machángara poco a poco y que la gente vea que sà se puede y que se transforma en un lugar súper importante para la ciudad. En Cuenca los rÃos atraviesan limpios y son una parte esencial de la identidad de la ciudad.
¿Qué sitios son los más problemáticos en el centro y norte de Quito?
Por la avenida Sena donde cruza el Machángara, por el Ejército y la casa Machankara. Era una zona donde hay unas casas preciosas, esas casas tendrÃan que haber sido las casas en donde todo el mundo querÃa vivir porque veÃan al rÃo cristalino que olÃa menta. Para mà restaurar esa parte y darle nueva vitalidad para que deje de ser un sitio de acumulación de basura es súper importante.
Otra parte es el puente de Guápulo y que sube al Auqui. La gente dice que es una zona muy turÃstica, tiene restaurantes, bares y van a hacer caminatas o en bicicletas.
Ahà tenemos al rÃo lleno de basura, apesta y lleno de espuma. Hay zonas donde se puede ir y devolverles vitalidad y reforzar estos procesos ciudadanos que además hacen más seguros a los barrios. Si la gente visita es más difÃcil que se hagan más peligrosos.
La gente genera una identidad con el proyecto de restauración y son más sostenibles a nivel social y ambiental.
La demanda de acción de protección y la sentencia incluyen a la participación ciudadana ¿Qué impacto tiene esta inclusión?
A nivel mundial se ha comprobado que los procesos de restauración de rÃos urbanos son más exitosos cuando son participativos. La gente de los barrios se apropia de los proyectos.
Este no es del proyecto del alcalde X, Y, Z, sino que es nuestro proyecto, de nuestro barrio y están nuestras ideas. A lo mejor no sea perfecto a los ojos de algún técnico, pero es de la gente y eso hace que estos proyectos se sostengan más en el tiempo, la gente detecte problemas, denuncie y no abandona.
Incluso tenemos ejemplos: la parte de la quebrada Ortega en la que el barrio restauró es precioso y la gente está súper orgullosa.
En cambio, en la quebrada donde descargan las aguas y se hizo la planta de tratamiento de Quitumbe hay un trabajo lindo, pero el vivero está abandonado, las camioneras ya no están tan bien, los arbolitos quedaron flacuchentos.
Son dos esfuerzos loables, pero se nota a simple vista que el esfuerzo que se hizo desde la comunidad está más sostenido, más bonito, más limpio, la gente cuida y está pendiente.
La contaminación del rÃo es evidente, pero el hecho de que el Municipio apele la sentencia, ¿Qué lectura le da?
No sé los intrÃngulis legales, hay gente que dice que hay que apelar porque luego la ContralorÃa observa. Pero pienso que se contrapone a las declaraciones del alcalde (Pabel Muñoz) de que es una prioridad el tema del tratamiento de las aguas residuales y se pierde la oportunidad de generar un plan integral, participativo y de largo plazo que sea independiente de quién sea el alcalde.
DeberÃa verse a esta sentencia como una oportunidad para cambiar la historia del rÃo. Hay cosas para las que no se necesita grandes inversiones; no hay el control de la contaminación que deberÃa haber, de todas las miles de denuncias que han sido atendidas creo que solo nueve son por temas ambientales en la ciudad en un año.
Solo haciendo las cosas que la ley permite se podrÃa mejorar muchÃsimo la calidad del rÃo. Ya hay trabajos de ingenierÃa que se han hecho y pueden servir para esto. Este tipo de sentencias ayudan a guiar el futuro del proceso de restauración del rÃo.
La sentencia toma en cuenta la intervención del rÃo Monjas, ¿qué avance hay en ese caso?
De lo que sé es la ordenanza verde azul, pero está en el papel. Con estas sentencias se tienen instrumentos contemplados en la Constitución para presionar y la ciudadanÃa debe estar vigilante de que se cumpla.
Si bien la sentencia se enfoca en el Machángara, ¿qué pasa con los otros rÃos como el Pita, el San Pedro, Guayllabamba?
De ley van a mejorar porque el Machángara tiene una carga contaminante súper alta. Sin embargo, el Pita y el San Pedro, en San Rafael, ya están bastante contaminados.
A nivel de cuenca, en la parte alta el problema más grande es el ganado, pero eso es fácil de solucionar si se respetan los bosques de ribera que en esta zona se recuperan solos, si se hacen abrevaderos de vaca. Estas contaminaciones de las heces fecales de vacas disminuyen bastante.
Es necesaria una articulación entre los municipios de MejÃa, Rumiñahui para hacer una recuperación integral de la cuenca alta del rÃo Guayllabamba. Los problemas son diversos, aquà en la ciudad son las aguas residuales, en otras partes es el uso de agroquÃmicos o la contaminación por heces fecales de las vacas.
Todos son problemas que se solucionan de distintas formas. Hacer abrevaderos y poner protección para que las vacas no entren a los rÃos es bastante barato. Pero sà se necesita un plan integral para saber qué se va a priorizar, en dónde hay que hacer inversiones (…).
Hay que hacer una planificación pero en los horizontes de las administraciones no solo tiene que haber estudios sino ejecución de soluciones.
Hay una tendencia de cada administración a contratar sus propios estudios y consultorÃas ¿en este caso esto es necesario?
Es mejor empezar a actuar con la misma capacidad del municipio, de la Epmaps, hay técnicos adentro que son brillantes y que tienen décadas de experiencia y saben la historia de degradación de los sitios.
Creo que hay que hacer estos procesos participativos con la academia, pero también escuchando a sus propios técnicos y empezando a ejecutar obras sin tener que hacer tantos estudios ni tanta actualización.
Hay cosas que sà se necesita saber por qué esta ciudad ha crecido muy rápido y sigue creciendo, entonces no se puede hacer todo a ciegas. Hay que hacer una planificación pero en los horizontes de las administraciones no solo tiene que haber estudios sino ejecución de soluciones.Â
¿Cuál deberÃa ser el manejo de especies porque hay generaciones que ni siquiera conocen que habÃa en el rÃo?
Hay un libro de plantas patrimoniales de Quito de un profesor de la San Francisco en el que se incluye algunas especies, que fueron descritas por Humboldt y Bonpland de las quebradas del rÃo Machángara hace más de 100 años.
A finales del 1800 vivÃa el cónsul de Suecia en una finca en Guápulo y él describe dos especies de roedores, una de ellas acuática que son súper sensibles a la contaminación del rÃo Machángara.
También habÃa preñadillas y yo estudio insectos acuáticos y comparando con rÃos que están un poco mejor en las zonas de Pintag y de similar tamaño al del Machángara tenemos, por ejemplo, entre 60 y 70 grupos de invertebrados acuáticos y en el Machángara hay puntos en que solo tenemos uno.
Estamos perdiendo el 80% de la diversidad y estos bichitos son muy sensibles a los cambios ambientales, por eso les usamos como bioindicadores, estos luego emergen y alimentan a los pájaros que están cerca del rÃo y a los murciélagos. Son parte importante de la energÃa que le da el rÃo a los bosques.
¿Qué pasa con las plantas patrimoniales?
Hay algunas que resisten, de repente todavÃa hay un pumamaqui, las chilcas que son súper resistentes. Tenemos la suerte de que a diferencia de otras ciudades en donde han encementado todavÃa tenemos una oportunidad de recuperar la vegetación.
¿Qué tan costosa puede ser esta recuperación?
No creo que sea un costo alto, porque si hay algo que la gente se ha volcado es justo a estas mingas de limpieza y reforestación. Esto es algo que participativamente se podrÃa hacer con costos bajos. Los mismos viveros municipales ya tienen mucha experiencia reproduciendo las plantas nativas, hay guardianes de semillas y un montón de colectivos que pueden aportar a estos procesos de reforestación.
Además de la falta de tratamiento de aguas residuales, ¿cómo la gente está siendo afectada y cómo se beneficiarÃa con un plan de restauración del rÃo?
Al ser un canal de aguas residuales es un riesgo para la salud humana y animal muy grande. Nosotros detectamos 26 especies virales, que afectan a los humanos, pero un sinnúmero más que afectan a los animales, incluso, a las plantas.
Es un riesgo permanente de salida de patógenos del agua a los humanos. Uno puede observar un montón de perritos que andan por ahÃ, meten las patas, luego se van a la casa donde viven o los niños les tocan. Entonces hay un montón de riesgo de enfermedades.
Limpiando el rÃo reducimos ese riesgo al mÃnimo, pero además proveemos de un ambiente sano a la ciudad y eso tiene un montón de beneficios a nivel social y rescatamos un área verde en esta ciudad que se ha vuelto muy gris.
Hay una limpieza del aire, áreas recreativas, un acercamiento de los niños a la naturaleza y toma sentido en los ciudadanos de qué ciudad queremos vivir. Si el rÃo está mejor quiere decir que los quiteños estamos mejor.
Su hoja de vida
- Es bióloga por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, con maestrÃa y doctorado de la Universitat de Barcelona (UB) en rÃos tropicales, especializada en su biodiversidad y el impacto humano.
- Es docente de EcologÃa en la UDLA y miembro de la Academia de las Ciencias de Ecuador. Forma parte del colectivo “Mujeres por el Agua”.