Santiago Zeas B. Corresponsal en Bogotá
El canciller colombiano Jaime Bermúdez tenía previsto llegar a Nueva York, a la primera reunión oficial con su par ecuatoriano, Fander Falconí, prevista para ayer a partir de las 20:00, con dos instrucciones.
La primera: su disposición a escuchar y discutir las cinco exigencias ecuatorianas para retomar los vínculos diplomáticos, rotos desde el 3 de marzo de 2008.
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Los primeros acercamientos entre los dos cancilleres se produjeron, en gran parte, gracias a los denominados buenos oficios del Centro Carter. Hubo una primera cita entre Falconí y Bermúdez en Atlanta hace un mes.
Esos encuentros informales fueron autorizados de los presidentes Rafael Correa y Álvaro Uribe y fueron claves para la reunión de anoche en Nueva York.
Sin embargo, Bermúdez tiene claro que no será posible ceder en uno de los requerimientos. Se trata del pedido de reparación a los familiares del ecuatoriano Franklin Aisalla, quien murió en el ataque colombiano al campamento clandestino de las FARC, el 1 de marzo de 2008.
El argumento de Colombia es que esa fecha bombardeó un sitio de “terroristas”, quienes atentaban contra la seguridad de la población colombiana. Y, por lo tanto, Bogotá considera que no es posible que el Gobierno pague algún tipo de indemnización a quien, según informes de Inteligencia de ambos países, era colaborador de la guerrilla.
La segunda instrucción que recibió de Bogotá es plantearle a Falconí tres pedidos. De su cumplimiento dependerá la normalización de relaciones.
Uno, que Ecuador se comprometa a combatir radicalmente los grupos guerrilleros que se infiltran en territorio nacional. Dos, que Quito analice el avance de la demanda internacional que sigue contra Bogotá en la Corte de La Haya, por los efectos de las fumigaciones con glifosato en la zona de frontera.
La intención de Colombia es llegar a un acuerdo amistoso con Ecuador, con la ratificación de su compromiso de no realizar fumigaciones aéreas en un área de 10 km contados desde la línea de frontera.
El tercer pedido de Ecuador es que deje sin efecto el juicio que se sigue contra Juan Manuel Santos, ex ministro de la Defensa. La Justicia lo investiga por haber dirigido el ataque de Angostura.
Sin embargo, de antemano se conoce que el gobierno de Rafael Correa no está dispuesto a dar paso a ese requerimiento. La razón es que se trata de un tema de la Justicia ecuatoriana, en la que el Ejecutivo constitucionalmente está impedido de interferir.
De este modo, el pedido colombiano de revisar el juicio contra el ex ministro Santos, así como la solicitud ecuatoriana de indemnizar a la familia de Aisalla, son los dos temas en los que, en primera instancia, no habría acuerdo.
Antes de su viaje a EE.UU., Bermúdez anticipó que durante la reunión de anoche con Falconí se identificarían los temas en los que hay discrepancias.
La idea es buscar la facilitación de un tercer actor para lograr el acercamiento. Ambos países han mencionado a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Centro Carter como los posibles facilitadores. Pero extraoficialmente se conoció que la segunda opción es la más factible. El ex presidente de EE.UU., Jimmy Carter, es optimista por este acercamiento bilateral. Hasta el cierre de esta edición, la reunión entre los dos ministros no se iniciaba.