La gerente general del BCE, Verónica Artola, indicó que el ‘Crédito para Mujeres Víctimas de Violencia’ es una medida para dar oportunidades. Foto: Archivo / EL COMERCIO
“La idea es acabar con las brechas de género”. Lo reiteró Verónica Artola, gerente general del Banco Central del Ecuador (BCE), quien presentó este martes 23 de octubre del 2018 la línea de crédito que se otorga a las mujeres víctimas de violencia de género.
El monto que colocará la entidad es de USD 10 millones, explicó la funcionaria. Además, sostuvo que se dará acompañamiento técnico a las mujeres que accedan a este beneficio para que con sus emprendimientos salgan adelante y así alcancen una independencia económica.
“No es lo mismo sembrar arroz, que abrir una tienda”, explicó.
Cristina Rosero es una joven de 32 años, que vivió violencia de género. Ella es una de las beneficiarias, que acudió a la presentación de la línea de crédito denominada No más violencia.
El monto de USD 3 000 otorgado por el BCE será parte de un fondo para conformar un colectivo de ayuda integral a las mujeres. Se brindará una ayuda legal y psicológica a quienes fueron víctimas de violencia por parte de sus parejas. “Uniremos fuerzas para consolidar este objetivo. No solo hombres sino mujeres”.
Una visión similar tiene Mayra Lana, otra de las beneficiarias. Ella es abogada y destacó que las mujeres que han vivido situaciones de violencia son unas sobrevivientes y afortunadas. “Muchas no lo logran”, por lo que este incentivo económico es importante para romper el ciclo de violencia.
¿Qué tipo de créditos hay?
Hay dos tipos de créditos. Con el individual se trata de que una mujer pida este beneficio por un monto de USD 3 000. Se otorga con seis meses de gracia y hasta tres años plazo. Las tasas son preferenciales –aunque Artola no adelantó el dato–.
El crédito colectivo es para un grupo de mujeres y puede ser de USD 60 000 con los mismos periodos de gracia. “Es un producto flexible”, explicó Artola.
¿Qué requisitos deben cumplir las interesadas en el crédito?
Las mujeres deben entregar la copia de la cédula, la firma de una persona pero como acompañante; no como garante. Además, un certificado de una asociación que acompaña a víctimas de violencia o un certificado que vivió esta situación.