Entre los intercambiadores de la Interoceánica y la Ruta Viva hay menos de 4 km de distancia. En lo que va del año, en ese trayecto se registraron 30 accidentes. Foto: EL COMERCIO
Un tramo de 3,67 kilómetros de la avenida Simón Bolívar bien pudiera convertirse en una suerte de aula abierta para los conductores aprendices. Se trata del segmento que va entre el cruce con la Interoceánica y San Patricio (acceso a la Ruta Viva).
Fue suficiente permanecer una hora, entre las 12:00 y 13:00 de ayer, para observar la imprudencia, la impericia y el quemeimportismo de los conductores. En sentido norte-sur, 14 choferes hablaron por su celular mientras manejaban. Otros 18 cometieron una segunda falta: tomar el volante con una sola mano, mientras circulaban por la curva más pronunciada.
Los conductores de transportes pesados y semipesados pusieron su parte al circular por el carril izquierdo. Fueron cinco que, incluso, iban a más de 50 km/h, límite permitido para estos vehículos. Circulaban a 60 km/hora e incluso rebasaron, sin medir el riesgo.
Otros cinco transitaron por dos carriles en la curva y contracurva que hay en la bajada a la altura de Guápulo. También los carros livianos lo hicieron.
Una quinta falta fue la velocidad de los vehículos pequeños: 100 km/h en promedio, sin importar que era bajada, recta o curva. Esto ocurre pese a que hay una docena de señales que obligan a reducir la marcha.
Hubo, en cambio, otros 12 conductores que circularon lentamente en el carril izquierdo, cuando la ley señala que está habilitado para rebasar. En cuatro de estos, casi se chocan.
En el otro sentido, es decir sur-norte, desde San Patricio, es uno de los tramos más difíciles ya que los peraltes no son los más técnicos, lo que incrementa el riesgo de accidentes. Antes de tomar la recta del puente de Guápulo, dos automóviles derraparon y casi se accidentan.
El cambio arriesgado de carril fue otra constante en este lugar, así como el exceso de velocidad, pese al problema con el nivel de la vía. A diferencia del otro tramo, las señales colocadas para reducir la velocidad no llegaban a cinco.
Fabricio Yépez, profesor de Ingeniería Civil de la San Francisco, ratifica que en la avenida Simón Bolívar hay fallas estructurales que deben ser tomadas en cuenta en el momento de circular por la vía periférica ya que, por ejemplo, hay peraltes mal diseñados. La solución consiste en informar con señalética adecuada y educación vial a los conductores, en cada sitio problemático.
Para el catedrático, solucionar el problema de los peraltes implicaría reconstruir, prácticamente, tramos enteros.
Para Fausto Miranda, director de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), el tramo donde se suscitaron los últimos accidentes, entre San Patricio y la Interoceánica, es considerado riesgoso, porque es una curva y una contracurva (parecida a una S) .
Para reducir los índices de siniestralidad, la entidad municipal reforzará los controles en este sector. Se repotenciará la señalización horizontal, se modificará el parterre para realizar contraflujos en casos de emergencia, se continuará con los operativos para evitar el exceso de velocidad, se instalarán paneles informativos. Un grupo de agentes civiles dará señales para orientar a los usuarios de la vía.
Sin embargo, Miranda expresó que una de las principales causas para que se registren accidentes en la zona es por la impericia de los conductores. Esta es una vía rápida en la que se debe circular hasta 90 km/h. Pero en tramos como la bajada a Guápulo hay señalización que advierte que se debe ir más despacio: a 50 kilómetros por hora. Pocos conductores la obedecen.
Cuando hay presencia de lluvias las medidas de seguridad deben ser mayores, señala el experto, porque la calzada se vuelve resbalosa y esto se complica con la velocidad.
‘Los límites de velocidad son para rectas’
Jesús Gómez
Educación y seguridad vial de Aneta
Los límites de velocidad son únicamente para los tramos rectos, no para las curvas ni tampoco para las bajadas o subidas. Esto nosotros enseñamos a nuestros estudiantes, en la práctica y en la teoría y deben tomarlo en cuenta en su proceso de formación.
En cada curva debe haber una señal preventiva que diga la velocidad óptima para curvar, para esto se realiza un análisis.
El INEC desde hace años reguló esto. Debería hacerse una auditoría para ver su cumplimiento. Hay que poner las señales necesarias.