En Ecuador se han alcanzado mejores condiciones con leyes y políticas empresariales, aunque las condiciones laborales son aún inestables.
Las mujeres siguen enfrentando desigualdad salarial y barreras para su crecimiento profesional. Sin embargo, poco a poco se evidencian mejoras.
El número de mujeres que ocupó el cargo de presidenta ejecutiva en las empresas no creció en el 2016 respecto al año previo, según el estudio Radiografía de las Ejecutivas Ecuatorianas de Deloitte y que fue difundido el lunes pasado.
Aunque, por otro lado, sí hubo un incremento en la cantidad de mujeres en gerencias generales y como accionistas de empresas.
Una cultura a favor de la equidad en las corporaciones es uno de los factores que ha permitido alcanzar ciertas mejoras en el país, según la consultora PWC Ecuador.
Catalina Gómez, gerenta de eventos para Centro América de Herbalife, con sede en Ecuador, ha tenido las mismas oportunidades de género que los hombres. Tuvo la posibilidad de equilibrar su vida como madre de tres hijos con sus viajes por siete países de la región.
Esto gracias a mecanismos como el ‘Work from home’ o teletrabajo, que permite al personal laborar desde su casa y con horarios flexibles.
Según Deloitte, entre los mecanismos que actualmente aplican las firmas para generar flexibilidad laboral están los permisos especiales, horarios más laxos, trabajo desde casa, entre otros.
La aprobación de nuevas leyes también han abonado en un mejor ambiente laboral para este segmento de la población.
Entre las regulaciones aprobadas los últimos años en el país está la posibilidad de acceder a una licencia de maternidad sin remuneración hasta por un año, luego de tres meses con remuneración.
Otro beneficio legal es la ampliación del período de permiso por lactancia, el despido nulo para mujeres en estado de gestación, entre otros.
Para mujeres en cargos directivos como Daniela Bravo, gerente de Marketing y Call Center de Liberty Seguros, el cumplimiento de las regulaciones de la Ley y el compromiso de su empresa para lograr el crecimiento profesional de las mujeres le han permitido cumplir los roles de madre y ejecutiva de esta compañía.
Y es que cada vez más estudios respaldan la idea de la importancia del aporte de la mujer para la economía.
ONU Mujeres establece que si las mujeres desempeñaran una función igual que los hombres en el mercado laboral, el Producto Interno Bruto del Mundo (PIB) crecería en USD 28 billones en el año 2025; esto es, un aumento del 26%.
La jefa de la unidad de género del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, Violeta Domínguez, sostiene que el crecimiento de la economía en Latinoamérica podría subir 34% con una mayor inclusión de la mujer en el sector político y económico, tanto público como privado.
Las barreras
Sin embargo, aún persisten problemas en diferentes aristas del mundo laboral y empresarial como la de los salarios.
Marcia Yazbek, presidenta de Mujeres por Ecuador, una organización no gubernamental conformada por mujeres profesionales enfocada en el desarrollo de este segmento a escala de ejecutivas, indicó que en el Ecuador la brecha salarial es más alta que el promedio mundial, que hasta el año pasado se ubicó en 23%.
“En nuestro país hay muchos directivos, hombres y mujeres, que creen que contratar mujeres es más costoso cuando por lo general somos más productivas y eso no tiene relación directa con la cantidad de tiempo que pasas sentado en tu oficina, menos hoy en día que la tecnología juega un papel importante”.
Las barreras también son para las mujeres que buscan desarrollarse como empresarias.
Nathalie Cely, presidenta del Centro de Competitividad, Ideas, Innovación e Impacto, explicó que apenas tres de cada 10 mujeres ecuatorianas son dueñas de pequeñas y medianas empresas.
De igual manera, a escala mundial, la mayor cantidad de personas en la desocupación son mujeres, según información de ONU Mujeres.
Y en América Latina, al tercer trimestre del 2016, la tasa de desempleo femenino alcanzó el 9,8%, mientras que el de los hombres fue 7,1%, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
En Ecuador la situación laboral de la mujer en el país aún es inestable. Si bien en Ecuador, de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), hubo menos mujeres desempleadas que hombres durante el último trimestre del año pasado, se debe considerar que históricamente diciembre registra una mayor cantidad de trabajadores.
Las condiciones del resto del año son diferentes. En junio del año pasado había 52 630 mujeres más en el desempleo que hombres.
Otra de las barreras para el crecimiento profesional de las mujeres en las corporaciones está en la cultura empresarial. Un 23% de empresarios, según el mismo estudio de Deloitte, cree que los hombres deben ganar más que las mujeres y una proporción igual no valora igual el trabajo de una trabajadora frente al de un empleado.
María Fenanda Corral, titular de Women for Women, indicó que las complicaciones para las mujeres son más fuertes mientras más alto es el cargo. “Se observa que mientras más se sube en la pirámide hay menos mujeres ocupando los puestos”, indicó.
Esta profesional cree que es necesario que en el sector público y privado existan equipos conformados tanto por hombres como por mujeres con igualdad. Esto permite generar mejores resultados debido a que se combinan dos diferentes visiones para el trabajo.
Para mujeres en otras condiciones, la situación es aún más cuesta arriba. Según ONU Mujeres, el sector informal es la principal fuente de empleo para las personas de este género, sin acceso a la seguridad social, derechos laborales, crecimiento profesional, etc.
Los datos
La región. 28% de los latinoamericanos creen que una mujer tiene menor probabilidad de ser ascendida, según Latinobarómetro.
Situación. El síndrome de doble carga lleva a creer que las mujeres tiene más responsabilidades por lo que no se les contrata.
Banca. 15 de cada 100 créditos otorgadas a pequeñas empresas va a firmas de propiedad de mujeres, según el Banco Mundial.
Economía. Mujeres de América Latina y el Caribe enfrentan mayor pobreza que los hombres, según datos de FAO.