En el patio de El Arenal, en Carapungo, norte de Quito, hay vehículos y motocicletas que llevan meses sin que sus dueños los hayan podido recuperar.
Esperó 15 minutos hasta que el motor del auto se calentara. El carro de Galo T. estaba retenido más de tres meses en el patio de la Policía Judicial (PJ)-Carapungo, en el norte de Quito.
El viernes, cuando lo recuperó, en un asiento aún estaban pedazos del vidrio de la ventana, un hueco de medio centímetro en la puerta por donde pasó una bala y hojas de periódicos amarillentos. Hasta ese día, en ese patio había 645 autos y 566 motos.
Todos son evidencias. Llegaron ahí porque en su interior se cometieron delitos, fueron robados, adulterados el chasís, cambiaron las placas o, como en el caso de Galo T., le atravesó una bala cuando sucedía un delito. “Fue mala suerte. Me parqueé al lado del un patrullero y los ladrones, en su intento por escaparse, dispararon contra mi carro y el patrullero”.
Para él, ese día, hace tres meses, comenzó el “proceso tortuoso”, como calificó Néstor Arbito, vocal del Consejo de la Judicatura (CJ), al trámite para le devolución de vehículos que están en los patios de la PJ.
Lo dijo el lunes pasado, cuando representantes de cinco entes de justicia anunciaron que aplicará nuevo protocolo para devolver más los automotores recuperados y para ello se prepara un manual. “Este exige que cuando se recupera un vehículo, la Fiscalía disponga inmediatamente la pericia y se recopile la información necesaria, para devolver el automotor a su dueño, quien deberá presentarlo ante el juez si así lo requiere”, señaló Arbito.
Ahora, el trámite empieza una vez que el dueño del auto lo encuentra. Con el protocolo, lo que propone la Judicatura es que apenas un carro ingrese a los patios de la PJ, la Fiscalía pida las pericias necesarias para, hasta en cuatro días, encontrar al dueño y devolvérselo.
Para sacar su carro luego de tres meses, Galo T. dice que solo en el abogado que hizo los trámites gastó USD 500.
Según la información que se exhibe en la Brigada de Automotores de la PJ, antes de que un carro sea devuelto se necesitan dos cosas: comprobar que al motor o chasís no le hayan cambiado los números de serie y establecer si el bien fue usado para un delito. En Quito existen dos patios de retención, el uno vía a Marianas, en donde estaba el carro de Galo T. Este se halla totalmente copado.
Otro, a 1 kilómetro del primer patio, en el sector de El Arenal, que está lleno en un 98%: hay 1 054 autos y 1 274 motos. En un vehículo, la Policía encontró hace dos meses a una persona asesinada y a otra herida. En ese caso, la entrega se complica, pues además de determinar la legalidad del automotor se debe recoger pistas y el carro es considerado escena del crimen.
Un agente dice que “el problema es que ahora todas las pericias se hacen una por una. Un experto realiza el reconocimiento, otro le hace el revenido químico (verificación del número del chasís) otro busca las evidencias si este se usó para un delito y ahí puede pasar el carro hasta un año”.
“A veces los delincuentes usan mejor tecnología y es imposible determinar los números de serie”, afirma el agente.
En ese caso, un perito debe colocar un número nuevo. Pero en marcas de vehículos importados no es posible. Se debe enviar el carro a las ensambladoras para que estas pongan la nueva información. Este paso dura, al menos, un mes.
Según el Ministerio Coordinador de Seguridad, de enero a marzo del 2014, las denuncias de robo de vehículos en el país son de 1 590. Esto significa 493 denuncias menos que en el mismo trimestre del año pasado. También fueron recuperados 650 hasta marzo pasado.
Con el protocolo de la Judicatura, que según Arbito será de aplicación inmediata apenas sea aprobado en una reunión que se prevé realizar esta semana, las pericias serán integrales.
Es decir, fiscales solicitarán los trámites que se deban hacer y los peritos deberán emitir sus informes en solo días.
Así se liberarán los patios vehiculares del país que están llenos. César Gavilánez cuenta que su vehículo no fue robado ni lo usaron para un delito. Ingresó al patio porque la Policía hizo un parte en el que indicaron que lo había abandonado.
Él lleva un mes y medio tratando de recuperarlo. Según cuenta, el carro estuvo un día afuera de la puerta de su casa, en San Roque, cuando la Policía se lo llevó. Desde entones, segura que ha deambulado por la Fiscalía, la Policía Judicial y los juzgados de Tránsito para lograr que un perito haga el reconocimiento del vehículo y otro el revenido químico.
Cuando un tercer perito emita su informe en el que establezca que el carro no fue usado para ningún delito y su procedencia es legal, Gavilánez podrá encender el motore irse.