Redacción Quito
En la mecánica de José Chachipanta, ubicada atrás del mercado Chiriyacu, al sur de Quito, el pasado viernes nadie trabajó. Hasta el mediodía, Chachipanta y sus tres ayudantes solo se dedicaron a limpiar el taller. El corte de energía, desde las 08:00 hasta las 11:00, alteró su jornada de labores.
El problema no fue solo ese día. Durante la semana, los cortes ahuyentaron a su clientela. “No puedo seguir pagando por jornadas de ocho horas a los empleados. El aumento de una hora más hace peor la situación (subió de dos a tres horas). Creo que las autoridades deben pronunciarse y exigir que se acaben los cortes, como en Guayaquil”, dijo.
No era el único molesto. Ángel Zamora, dueño de una tienda de comestibles, se quejó por la falta de información de la Empresa Eléctrica Quito y los cambios repentinos en los horarios. Más enojado se mostró por la falta de reclamo de las autoridades por el incremento de horas.
La misma preocupación expresó Carlos Ribadeneira, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha. Esta organización agrupa a 3 000 pequeñas empresas de la capital.
“Debemos elevar nuestra voz de protesta por la discriminación que estamos viviendo ante los cortes. Hay empresas que trabajan con luz y la afectación es en la mañana o en la tarde. ¿Quién nos va reponer? ¿Quién nos va a pagar las afectaciones?”. Lamentó la falta de planificación en los cortes por parte de la Empresa Eléctrica de Quito.
Otra de las voces de protesta pública fue la del asambleísta Andrés Páez. Él escribió un documento para repartir a los medios en el cual cuestiona el liderazgo del alcalde Augusto Barrera, su silencio frente a los apagones y, sobre todo, el incremento de una hora en los cortes.
“Es deplorable, señor Alcalde, que usted no haya comprendido la importancia del liderazgo del Alcalde Metropolitano que es el epicentro político del Ecuador. Usted mantiene un silencio cómplice que solo tiene una explicación: su profunda sumisión al actual Gobierno y su proyecto político”, dijo Páez.
Los concejales del Distrito tampoco han hecho un pronunciamiento público ante el incremento de una hora en los cortes de energía. Sin embargo, Fabricio Villamar fue uno de los pocos ediles que lamentó el problema que se originó tras la renuncia de Carlos Andrade, gerente de la Empresa Eléctrica Quito, por el racionamiento eléctrico.
Testimonios
Raúl Padilla Pequeño empresario de Riobamba
‘No hay que quejarse tanto, sino
colaborar y trabajar’
Tengo un negocio de lavandería, en el centro de Riobamba. Por los racionamientos adecué los horarios de trabajo de mis empleados para evitar pérdidas. Cuando en mi negocio hay demasiada ropa que lavar, la tarea se cumple en la noche, así no quedamos mal con los clientes. No hay que quejarse sino colaborar. La suspensión de energía dura solo dos horas. Los clientes entienden. Ellos saben que soy cumplido. Pensé en comprar una planta eléctrica, pero creo que la inversión es demasiado alta.
Yolanda Pachay Madre de familia de Montecristi
‘Los apagones nos obligaron a
que madruguemos a misa’
Los cortes de luz hacen que madruguemos a los servicios religiosos. Antes, nuestra costumbre era ir a misa los domingos por las noches, pero una vez estábamos caminando hacia la Basílica de la Virgen de Monserrat y se fue la luz, eran las 19:00, después de 30 minutos regresó la energía pero la gente ya había regresado a sus viviendas. Si hay que sacrificarse para ahorrar, la respuesta está en salir más temprano a escuchar misa. Y es mejor, así nos queda más tiempo para descansar.