Libia Rivas, fue secretaria de la Asamblea Nacional por tres periodos consecutivos. Presentó su renuncia y dejó el Pleno la noche del viernes 9 de marzo del 2018, minutos antes de darse la votación en la que se solicitó la cesación del expresidente del Legislativo, José Serrano. Es la primera mujer en la historia del país que ocupó la Secretaría de la Asamblea. Abogada y estudiante del doctorado en Derecho Constitucional por la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué pasó esa noche? ¿Qué le motivó a renunciar antes de la elección?
Necesito referirme a los procesos de aprobación de las decisiones de la Asamblea. Cuando la Secretaría General dice que una ley o un tratado han sido aprobados es porque previamente existió un procedimiento que se ha cumplido, establecido en la Constitución y en Ley de la Función Legislativa y porque se ha comprobado que existe el número de votos que requiere. En el caso de la pérdida en la calidad de autoridad (de José Serrano), que fue lo que sucedió el viernes, no existía una norma constitucional o legal que me permitiera argumentar que efectivamente cuando yo declarara los votos, señalara que ha sido destituido un Presidente.
¿Por qué tomó la decisión de renunciar?
La Constitución me exige garantizar los derechos de las personas. Sobre la base de eso tomé la decisión de dar un paso al costado. Yo soy consciente de la situación política. Pero yo soy abogada. Mi ejercicio no es un ejercicio político, sino jurídico.
En la tarde ya se conocía que usted iba a renunciar, ¿la decisión la tomó antes de que se dé el Pleno?
Los asambleístas sabían que yo iba a renunciar. Unos días antes yo hice mi propio análisis jurídico sobre la situación del expresidente. Más allá de las posiciones diversas que pueda haber en este tema, el Secretario es abogado y es un requisito para ejercer el cargo. Yo adicionalmente soy constitucionalista y analicé la situación particular.
Al no existir una norma clara, ¿la Asamblea actuó fuera de la Ley?
Yo no puedo cuestionar las decisiones políticas, son actos políticos que los asambleístas puedan valorar por qué lo hicieron. Yo como Secretaria, como abogada y como constitucionalista le puedo decir que en el marco de un Estado constitucional como el nuestro hay que garantizar del derecho al debido proceso.
¿Hubo el debido proceso?
Exige un procedimiento previo, pero también unas causales. ¿Cuál es la conducta antijurídica en la que incurrió determinada persona que amerita la destitución? Las cosas no se hacen porque a nosotros nos parecen. Se hacen porque así está previsto previamente en la Constitución y en la ley. Era mi deber observar el principio de legalidad. Un debido proceso exige que exista una norma que diga las causales, que exista una norma que diga cómo se lo va a hacer.
¿Eso estaba en la Ley?
No, le explico. Ese es el debido proceso al que yo consciente de mi responsabilidad, porque es mi decisión personal, yo asumo esa responsabilidad de dar un paso al costado por mis convicciones jurídicas, no políticas. Esas son un caso aparte y eso es de los asambleístas.
Usted me hablaba que pueda haber juicios de repetición, ¿el secretario de la Asamblea tiene responsabilidad cuándo firma un acta, cuando declara la votación?
El Secretario, de conformidad con la Ley de la Función Legislativa, tiene que constatar la votación y declarar los resultados. Esa decisión de declarar los resultados implica que previamente hemos verificado que se ha cumplido con el procedimiento. No lo hice por miedo, sino por convicciones.
¿A qué se va a dedicar?
Voy 20 años en el servicio público, de los cuáles 10 han sido en la Asamblea. He decidido que me gustaría ejercer como abogada. Quiero tener mi propio estudio jurídico, hacer un tema de investigaciones en el ámbito parlamentario y el derecho legislativo. Quiero tener algo propio, quiero terminar mi doctorado en derecho constitucional en la universidad de Buenos Aires, voy a empezar a dar clases.
¿Volvería a la Asamblea?
Creo que uno tiene que cerrar los ciclos, los espacios. No puedo tomar la decisión de renunciar para luego regresar. Es el momento de dar un paso al costado, pero definitivo. Las personas no somos imprescindibles.
¿Le hubiera gustado salir de otra manera?
Una semana antes yo no sabía que esto iba a pasar. Ni sabía la decisión que yo iba a tomar, esta decisión la tomé unos día antes cuando se veía la inminencia de los resultados en el Pleno. Tomé esa decisión porque llevo 10 años en la asamblea, de los cuales, en el tiempo hice las cosas bien. Prefiero salir haciendo por última vez las cosas bien, a salir con grandes alabanzas, elogios pero dejando un rastro de cosas mal hechas desde el punto de vista jurídico, así no quiero que me recuerden.
¿Cómo será la transición?
Cuando venga el nuevo Secretario, espero que me den el espacio para rendir cuentas en la Asamblea Nacional. Todo está en la secretaría al día. Tengo la costumbre de remitir la información periódicamente al archivo-biblioteca de forma que no está acumulado.
¿Cómo se ganó esa confianza en los asambleístas en tres periodos legislativos consecutivos?
Yo creo que teníamos un buen equipo de trabajo. El éxito de la Secretaría General no puede ser de una persona. Teníamos personal de carrera con experiencia. Adicionalmente teníamos un ritmo de trabajo en donde nosotros nos comprometíamos a atender a los asambleístas y servidores legislativos.