Los moradores del barrio Santa María, en el noroccidente de Quito, colocaron un cartel de advertencia frente a los asaltos recurrentes que se registran en ese sector de la capital. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Uno de los hombres se bajó de la motocicleta sin placas y se acercó a William C. (nombre protegido), de 14 años, para arrebatarle su teléfono celular Samsung J5. Eran las 06:00 del martes 9 de julio del 2019 en la intersección de las las calles César Andrade y Aurora Estrada del barrio Santa María, en el noroccidente de Quito.
El estudiante salió temprano de la casa para ir al colegio a rendir los exámenes supletorios de Matemática, Inglés y Ciencias. Al momento que caminaba por la calle César Andrade, dos sospechosos que circulaban en una moto lo interceptaron para quitarle el teléfono.
El hecho fue registrado por las cámaras de seguridad de una vivienda del sector. En las imágenes se observa que William camina y el hombre que viajaba en la parte trasera de la motocicleta se baja para arrancharle el aparato.
El adolescente se resistió al robo y ambos forcejearon durante 30 segundos aproximadamente. Finalmente, el desconocido arroja al estudiante contra el piso, impactándolo contra los adoquines y se llevó el celular. El atacante se subió en la moto y ambos huyeron a gran velocidad.
La tarde de este viernes 12 de julio del 2019, William conversó con este Diario para contar su experiencia. Recordó que el agresor le atacó con un cuchillo en la rodilla. También trató de quitarle la mochila, pero no lo consiguió.
Ningún vecino ayudó al joven durante ese hecho. No es la primera vez que lo agreden en este año.
Hace cuatro meses, a una cuadra del lugar donde se registró el asalto de esta semana, otros desconocidos en moto trataron de robarle su celular. Ocurrió en el momento que bajó a comprar en un bazar.
“Un tipo que no llevaba armas se bajó del vehículo y me arrojó contra la calzada. Unas señoras salieron y casi los agarraron. Al final lograron escapar”, contó.
Tras el asalto del martes, William se levantó y continuó su camino al colegio. No denunció lo qué pasó porque no confía en la Policía. A su juicio, en su barrio hay mucha inseguridad. “Puedes irte al parque y te roban en la mañana, tarde y noche”.
Ante los robos que se producen en el sector, los moradores realizaron una marcha. A tres metros del sitio en donde William fue atacado pegaron un cartel de advertencia con la frase: “ojo de acuerdo con los moradores de los barrios nos pusimos de acuerdo que ladrones y violadores serán quemados porque justicia en el país no hay. Vamos a hacer justicia con nuestras propias manos”.