En esta foto de archivo, tomada el 24 de septiembre de 2015, se observa al nuncio papal Carlo Maria Vigano (C), quien acusó a Donald Wuerld, actual arzobispo de Washington, de encubrir los supuestos abusos cometidos por su predecesor. Foto: AFP
El arzobispo de Washington, Donald Wuerl, negó las acusaciones realizadas contra él por el exnuncio del Vaticano en EE.UU., quien lo acusó de encubrir los supuestos abusos cometidos por su predecesor, el cardenal Theodore McCarrick.
El exnuncio Carlo Maria Vigano “nunca proporcionó al cardenal Wuerl de ninguna información sobre el alegado documento del papa Benedicto XVI (predecesor del papa actual, Francisco) acerca de unas directivas de Roma sobre el (ex)arzobispo McCarrick”, aseguraron desde el Arzobispado de la capital en un comunicado.
La oficina de Wuerl también subrayó que Vigan no tiene ninguna prueba verificable contra él, y explicó que nadie se ha presentado nunca ante el arzobispo como víctima de los abusos de McCarrick.
Vigan ha escrito una carta de 11 folios publicada por algunos medios de corte conservador en varios países en la que acusa a otros miembros de la Curia de formar un “lobby gay” y de encubrir las acusaciones contra el cardenal McCarrik.
Vigan sostiene, además, que el papa Francisco conocía las alegaciones de abusos contra el cardenal, quien fue sancionado en junio pasado por el pontífice, y ha exigido la renuncia del santo padre.
El exembajador del Vaticano afirma que Francisco conoció el caso el 23 de junio de 2013 porque él mismo se lo comunicó “y siguió encubriendo al cardenal exarzobispo de Washington, McCarrick”.
El pasado junio, McCarrick, de 88 años, fue apartado del colegio cardenalicio y el papa argentino “dispuso su suspensión en el ejercicio de cualquier ministerio público, así como la obligación de que permanezca en una casa que le será asignada para una vida de oración y penitencia“, según Vigan.
El exnuncio señaló que el propio Francisco le preguntó sobre McCarrick, ante lo que Vigan respondió que había corrompido a generaciones de seminaristas y sacerdotes, y que su predecesor, Benedicto XVI, le ordenó retirarse a una vida de oración y penitencia.
La misiva de Vigan se difundió poco después de que Francisco calificara en Dublín de “crímenes repugnantes” los abusos sexuales cometidos por el clero en Irlanda y admitiera el “fracaso” de la Iglesia.
Este lunes 27, el obispo de la Diócesis de Tyler (Texas), Joseph E. Stricklan, apoyó las acusaciones lanzadas por Vigan sobre el papa Francisco.
Por su parte, santo padre ya admitió haber leído el manifiesto del antiguo nuncio pero prefirió no pronunciarse, ya que para él “el texto habla por sí mismo”.