Cincinnati. DPA
El revés a dos manos del serbio Novak Djokovic se estrelló en la red de la cancha central del Lindner Family para alumbrar no solo el cuarto título en la temporada de Roger Federer, sino también la conclusión de que su nueva vida familiar ayuda al tenis desplegado por el suizo.
De cara al último Grand Slam del año, el US Open que comenzará el lunes 31, la victoria por 6-1 y 7-5 sobre Djokovic pone al mejor jugador del planeta como gran favorito para la tradicional cita de Flushing Meadows, a la que llegará por primera vez como padre de las gemelas Charlene y Myla, nacidas el 23 de julio.
De saque y volea
Novak Djokovic resignado con Roger Federer y el español Rafael Nadal, dijo: “Nací en era equivocada”. El serbio considera que su fecha de nacimiento no fue la ideal.
Federer amplió su ventaja como número uno del mundo gracias a su título en el torneo de Cincinnati, confirmó ayer el ‘ranking’ de la ATP. Federer obtuvo 1 000 puntos por su victoria en Estados Unidos y en total 12 040.
El ‘Expreso suizo’ ganó en 2009 los torneos de Madrid, Roland Garros y Wimbledon, además del de Cincinatti.“Estuve bien mentalmente y tuve buenos nueve meses para estar preparado para esto. El nacimiento de mis hijas me ayudó”, dijo Federer sobre su nueva vida, en la que se mantiene la importancia de su esposa como punto de apoyo emocional.
“Sabía que Mirka estaría relajada cuando llegaran las bebés y que iba a ser un gran apoyo. No le importaría viajar si fuese necesario”. Pero hasta el momento, trasladarse no estuvo en la agenda de Mirka, algo que no afectó al suizo, seguido desde siempre de cerca por su mujer desde el palco de cualquier ‘court’ del mundo.
Saber que sus chicas están bien y tranquilas en casa lo tiene relajado. “Me permite liberar mi mente y ser capaz de hacer lo que mejor hago”, comentó después de dar vuelta una miniracha negativa ante Djokovic, con quien había perdido los dos últimos duelos.
Buena parte del presente que vive se lo debe al esfuerzo extra que realizó durante su pausa obligada, dedicando tiempo al cuidado de su familia pero también al tenis. “Realicé un trabajo duro entre Wimbledon y Montreal. Estuve tres semanas en el hospital, pero también fui casi todos los días a entrenarme, excepto, claro, el día del nacimiento y los posteriores”.
Una motivación adicional es la felicitación de su propio equipo de trabajo. “Mi preparador físico está contento con el trabajo que hice”, revela, haciendo hincapié en las buenas sensaciones que tuvo durante toda la semana al entrenarse con Stefan Koubek, llegado de Austria especialmente.
Después de un 2008 aciago, en el que ganó solo un título de Grand Slam y dejó de ser el número uno tras cuatro temporadas consecutivas, Federer llega al US Open, su bálsamo del año pasado, nuevamente como cabeza del ‘ranking’ de la ATP, con los trofeos de Roland Garros y Wimbledon en la vitrina y su tenis en ascenso.
“Siempre me sentí confiado después de ganar estos títulos importantes de forma consecutiva”. Sorprendido por la rapidez con la que logró poner a tono su juego, el US Open ya está en su cabeza: “Ahora espero por Nueva York”.
Desde Suiza, Charlene y Myla harán fuerzan por ver a su padre conquistar con su tenis por sexta vez la ‘Gran Manzana’.