Fabián Alarcón. Quito
Los años no pasan en vano. Es un lema que los competidores de la categoría Vilcabamba Boys (veteranos) reconocieron ayer, luego de cruzar la meta de la tradicional carrera Quito-Últimas Noticias 15K.
Muchos cuentan con un largo historial de participaciones, entre 20 y 30 competencias, en su currículo. Cada año han sentido el paso del tiempo en su estado físico, pero no en el anímico, pues aunque llegaron exhaustos, estaban felices por cumplir el recorrido.
Un ejemplo de ello es el matrimonio Antonio Picuasig (58 años)-Evelina Guartatanga (56), quienes arribaron a la meta juntos por primera vez en esta edición -Antonio ya había corrido en 18 ocasiones anteriores-.
Él, quien es pintor, llegó primero al estadio Atahualpa y cronometró una hora y 57 minutos. Pero luego decidió volver a la avenida Amazonas, para encontrarse con su esposa y atravesar la línea de meta tomados de la mano. Un abrazo, un beso y una felicitación mutua fue el mejor premio que recibieron, aseguró Picuasig.
“Ella (Evelina) tenía mucho temor de correr, por la edad, pero yo la animé. Se entrenó conmigo y con el club Ruta 42 desde octubre. Fue un triunfo para nosotros”, dijo emocionado el atleta.
Otra historia fue la de Pablo Borja, quien reconoció que “el paso de los años causa estragos”. Por eso, aseguró que “el mejor rival es uno mismo”. Esta es su trigésima carrera (tiene 55 años) y siempre ha competido solo.
Con un tono de orgullo, admitió que generalmente se ha ubicado entre los primeros 60 puestos. Sostuvo que la clave de un buen desempeño está en una buena preparación. Los sitios ideales para entrenarse han sido los parques La Carolina y Metropolitano. “Raúl Rocha (28 años) me ayudó. No es entrenador, pero es una persona capaz”, indicó, y de paso le agradeció.
Varias personas mayores de 50 años arribaron solas a la meta o con amigos. Dentro del anillo atlético del escenario deportivo, algunos se encontraron y se felicitaron. “Me sentí mejor este año, más que en 2008… hasta mejoré mi tiempo”, le contó entre risas Paúl Armendáriz, de 65 años, a Marco Villamar (69).
Ambos pertenecen al club de atletismo Correcaminos. Sin embargo, mientras que Marco se entrenó con constancia a lo largo del año, Paúl apenas se preparó durante las últimas tres semanas. “Mientras corría pensaba lo curioso que es. En 19 años participando, en esta ocasión no me entrené bien y me siento de maravilla. Llegué sin cansarme y bajé mi tiempo”, comentó sonriente.
Y como tuvo buenos resultados, la recomendación para sus amigos no se hizo esperar. Efraín Romero Ganso, en tanto, lo miraba agitado con sudor en la frente. Con 71 años a cuestas, fue el último en llegar del grupo del club, que también cuenta en sus filas con gente joven. Igual, recibió el reconocimiento y el aplauso de sus colegas y amigos. “Él es el más viejo de todos y el que más ñeque le pone”, expresó sobre él Villamar.
Así, los ‘veteranos’ mostraron que no compiten por un primer lugar, algo que ni se les pasa por la mente, sino por cariño al atletismo y porque el dicho reza: “el deporte es salud”.