A un año de operación, la Radio Pública tiene subsidio estatal
Redacción Cultura
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Con una entrevista al presidente Rafael Correa se dio inicio oficial a las transmisiones de la Radio Pública del Ecuador, un 27 de agosto de 2008. En una primera fase, hasta abril de 2009, la emisora estuvo bajo la dirección de César Farah, ahora la dirige Giovanna Tassi.
“La etapa inicial de la radio era su consolidación técnica y César Farah es un experto en eso. Después nos enfocamos en contenidos y se pensó que yo podía tener más experiencia, ya que trabajé en radios comunitarias y populares”, explica Tassi.
Hoy, la emisora tiene cuatro frecuencias FM, en Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta, además de la frecuencia de la ex Radio Nacional en AM. Sus instalaciones se ubicaron hace poco en el edificio del ex Ministerio de Educación (San Salvador yEloy Alfaro), donde también funcionan los otros medios públicos, Ecuador TV y El Telégrafo.
En cuanto al manejo de los contenidos, Tassi considera que el medio público es estatal y que Estado no es sinónimo de gobierno.
“La línea editorial de un medio público no refleja las ideas, ni es dictado por el Gobierno. Aquí no existe interferencia; tengo mis principios como periodista y eso me guía como profesional de la comunicación”.
Y añade que en la Radio Pública no hay ningún tipo de restricción al acceso de personas, incluidos los líderes de la oposición. “Es una visión limitada decir que eres o no gobiernista por las personas a quienes entrevistas”. Desde su perspectiva, es difícil entender el periodismo en un medio público, “cuando hoy, los medios privados están muy sesgados por visiones políticas partidistas”.
En el aspecto económico, la Radio Pública funciona con un presupuesto anual adscrito al Ministerio de Cultura. Tassi arma el presupuesto y lo discute con Enrique Arosemena, presidente ejecutivo de la Radio y Televisión Pública (RTPE), y Gustavo Vargas, director administrativo. Luego, Arosemena lo pone a consideración de una mesa directiva, conformada por representantes de los ministerios de Cultura, Educación y Salud. Allí se sustentan los rubros y se exponen los gastos. Los desembolsos son periódicos. Para su gestión en 2009, RTPE cuenta con USD 9 004 400, 04.
Si bien, Tassi propuso que las asignaciones sean directamente entregadas por la ciudadanía a través de un impuesto, como en otros países para sustentar los medios públicos, su propuesta no encontró apoyo.
Entre sus proyectos en marcha está extender su alcance hasta la Amazonia y una nueva programación. Este proceso avanza y está a cargo de Tassi y Verónica Salgado. Se ha diseñado una parrilla de programación de seis ejes transversales: la construcción de ciudadanía, la inclusión, la perspectiva de género, la cultura de paz, la construcción positiva y una línea de patrimonio, recuperación de la memoria y contextualización.
Los programas se realizarán, en principio, con locutores desde Quito y Guayaquil. Pero la idea es que este sea un espacio nacional. Salgado enfatiza en que en la Radio Pública se busca el rescate de la forma de hablar de los ecuatorianos. Por eso no se enfoca en locutores con un acento neutro sino con acentos característicos de las diversas zonas del país.
Para ello han elaborado programas con franjas horarias para diversos ‘targets’ que está en proceso desde inicios de agosto. Sus noticieros se emitirán bajo el nombre de ‘Ecuador en movimiento’, que traerá actualidad noticiosa pero con fuentes que no son las tradicionales.
Está ‘La rosa de los vientos’, donde habrá entrevistas sobre salud, psicología infantil, asuntos legales... Para los jóvenes, el espacio vespertino ‘Nadie nos calla’, que es conducido por Mayra Benalcázar, en Quito, y Nicolás Altgelt en Guayaquil.
Finalmente está ‘Dur@s de acostar’: temas de debate intercalados con segmentos musicales como ‘Canciones imprescindibles’, de música latinoamericana. Tassi y Salgado ya no quieren que la radio sea “la cenicienta de los medios”.
Punto de vista
Jorge Piedra/ Radio Tomebamba
‘Radio nacional e independiente’
El éxito de la radio pública en el mundo pasa por una absoluta independencia de los regímenes de turno. El Gobierno no debería tener ninguna injerencia más allá de aportar con el presupuesto para el mantenimiento del medio.
En ningún momento el Régimen debe formar parte del Directorio ni indicar que es lo que se debe difundir, menos aún convertirse en un vocero. Ese quizá es el asunto más importante que debe enfrentar la radio pública.
Además, el medio público debería competir directamente con la radio privada, que opera y predomina en el país.
Eso implica tener a los mejores periodistas y locutores para ofrecer la mejor programación. Eso cuesta más, pero es un reto.
El enfoque de los contenidos hacia la programación no solo de música, programas culturales y educativos. Actualmente, las radios del país se enfocan en el entretenimiento. Este es un punto que no hay que descuidar, tampoco el mundo deportivo, por ejemplo, que gusta a la gente.
En el país falta difusión de la radio pública y debería tener un toque más nacional, que incluya a las provincias. Tendría que apuntar a una interacción con el oyente, ya sea por Internet, por teléfono convencional, celular, etc.