Si tienes poco tiempo, te lo resumimos en estas líneas:
- En Quito, hay 142 estructuras de captación ubicadas en quebradas.
- El aluvión del 2 de abril en La Comuna y La Gasca fue cinco veces más pequeño que el de 2022.
- Las lluvias más intensas en menor tiempo están entre las causas.
El peligro de aluviones en Quito es permanente. Las lluvias son más intensas en lapsos más cortos. Los períodos de retorno de estos eventos disminuyeron; es decir, el tiempo entre dos hechos de características similares es cada vez menor.
La Comuna y La Gasca experimentan en primer plano estas variaciones. El 2 de abril de 2024 vivieron un nuevo aluvión, apenas dos años después del gran evento que cobró 29 vidas y que partió desde la quebrada El Tejado. En esta ocasión hubo dos fallecidos.
Otro aluvión de gran magnitud ocurrió en 1975. Fue 47 años antes del experimentado el 31 de enero de 2022. En un muro del sector, los vecinos registraron las fechas de otros eventos: 1917, 1982, 1983 y 1997.
El hecho del 2 de abril fue cinco veces más pequeño que el de 2022 y, aun así, dos personas fallecieron, más de 130 personas resultaron afectadas y 20 casas presentaron daños.
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Aluviones despiertan temor en Quito
Manuel Criollo tiene 63 años y ha presenciado aluviones en las laderas del Pichincha desde los 15. En el 2022, su sobrino murió, se lo llevó la correntada y encontraron el cuerpo luego de tres días.
En los muros de la casa del morador, donde crecieron sus tres hijos, están presentes las huellas del aluvión de hace dos años. El recordatorio está aún más latente en su esposa, quien perdió la movilidad en las piernas y padece crisis nerviosas.
El 2 de abril de 2024, Manuel Criollo corrió hasta la terraza de la vivienda de tres pisos, en la calle N24 C e Ignacio de Quezada, al pie de la cancha, donde en el 2022 murieron unas 23 personas.
Allí vio como volvió a bajar el aluvión, que se llevó a una mujer de un predio cercano. “Le grité que no saliera y no me entendió”, recuerda. También presenció la caída de un muro en la propiedad aledaña, de la familia Chalco.
Las evaluaciones de aluviones
Docentes investigadores de la Facultad de Geología, Minas, Petróleos y Ambiental de la Universidad Central determinaron que la zona de impacto en La Comuna y La Gasca alcanzó un área aproximada de 109 215,75 m2. En el evento del 31 de enero de 2022 fue de 146 229,19 m2.
Según datos de la Dirección Metropolitana de Gestión de Riesgos, en este 2024, cinco zonas se priorizaron por riesgos frente a las lluvias: laderas del Pichincha, cuenca alta del río Machángara, Pita, Escombrera del Troje y el sistema vial del Distrito.
Entre el 1 y 2 de abril, en la zona del aluvión cayeron 120 litros de agua por metro cuadrado, un 55% más que en años anteriores.
Desde el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) detallan que las lluvias en los primeros días de abril superaron las esperadas.
Y como ya lo han repetido los expertos: el agua tiene memoria. Con las precipitaciones fuertes, esta tiene que desfogar y toma los causes naturales, cubiertos por el crecimiento urbano.
En esta ocasión, el aluvión afectó mayormente a la zona relacionada con la avenida La Gasca y la calle Gato Sobral. El 31 de enero de 2022 fue desde La Comuna hasta el área del parque de Pambachupa.
En el informe de los docentes de la Universidad Central se especifica que las intervenciones en la zona urbana (muros, rompe velocidades, repavimentaciones) ocasionaron cambios importantes en el comportamiento del aluvión. Un plan de prevención es una de las medidas urgentes y se debe incluir una ruta de evacuación.
El riesgo y las medidas no se limitan a la zona de la quebrada El Tejado, también están Rumipamba y La Pulida.
La infraestructura
En Quito, hay 142 estructuras de captación ubicadas en igual número de quebradas, la mayoría construida en la década de 1990.
Las obras se edifican en sitios donde alguna vez existió una quebrada. Estas tienen conexión con colectores. En el caso de La Comuna y La Gasca se trata El Tejado.
Entre abril y diciembre de 2023 se construyó nueva infraestructura de descarga de la quebrada, una torre de captación a un lado de la ya existente y elevaron muros.
Según el Municipio, las obras permitieron que los efectos del aluvión en las laderas del Pichincha sean menores a los evidenciados en el 2022. A pesar de esto, el lodo y el material dejó huella y avivó el temor en la comunidad.
Las fuentes de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) detallan que cada año se desalojan unas 40 mil toneladas de material acumulado en las quebradas, entre basura, escombros, llantas, etc.
Para el denominado Plan Lluvias 2023-2024 se destinaron USD 3,1 millones para el mejoramiento y mantenimiento de estructuras de captación.
En el 2015, la Secretaría de Ambiente del Municipio, a través del Plan de Recuperación de Quebradas, identificó cerca de 183 hondonadas relacionadas con áreas pobladas. En las laderas del Pichincha definieron 53. En este 2024, informaron que se realiza un proceso de actualización.
Zonas de riesgo y acciones urgentes
Chistian Rivera, gestor de riesgos de la Universidad Central, detalla que en los tres espacios se observó que la capa vegetal superó la capacidad de las estructuras de captación.
Una de las agravantes para los aluviones en las laderas del Pichincha es, justamente, la deforestación. En el informe de los investigadores se resalta que, tras el hecho en La Comuna, identificaron troncos de 1 a 3 metros de largo con cortes realizados por tala.
Rivera enfatiza que, además, aún faltan sistemas de alerta temprana, con la intervención de la vecindad y la tecnología. Aunque, en La Comuna se instalaron alarmas tras el aluvión de 2022.
Una de esas se ubicó en una vivienda, a unos metros del túnel bajo la av. Occidental, en la zona cero. Entre las reacciones inmediatas: subir a los pisos altos, no circular por las vías, poner a buen recaudo, vehículos, etc.
Rivera recuerda que en Quito, en las zonas priorizadas, hay 60 sitios susceptibles a riesgos por movimientos en masa y flujos de lodo. De ahí, dice, la importancia de que el Municipio trabaje directamente con la comunidad para reducir riesgos.
Quebrada Rumipamba
El mismo 2 de abril de este 2024, al mediodía, las alertas se encendieron en el barrio La Primavera, sobre la av. Mariscal Sucre. El temor a un aluvión se hizo presente.
La represa, de unos nueve metros de alto, se construyó en 1998 ante el riesgo de la actividad del volcán Pichincha. Esta se llenó de agua, lodo y vegetación. Fueron alrededor de 60 mil metros cúbicos de material.
Horas después, la estructura del cauce de la quebrada Rumipamba se desbordó. Fue la primera vez que los moradores presenciaban el hecho. En la noche, a la voz de varios policías, los habitantes de las viviendas levantadas al filo de la quebrada debieron evacuar.
¿Y si colapsa? Esta era la pregunta que copó el ambiente del barrio. Algunas familias optaron por ir a casa de algún familiar y otras, prefirieron esperar a las acciones, que se ejecutaron en la noche, cuando el agua empezó a desbordarse. Estas se extendieron por alrededor de una semana.
A lo largo de la quebrada hay cuatro estructuras para controlar el caudal de ingreso de aguas lluvias: Rumipamba Alta, Represa, UTE y baja (parque Arqueológico).
Según la Epmaps, desde enero de 2024, se realizaron siete sobrevuelos y 18 inspecciones técnicas para verificar los niveles de acumulación de materiales.
Acciones en la quebrada Pulida
La Epmaps informó que se aumentó la capacidad del embalse en 500 m3 para alcanzar los 2 000 m3. Entre mayo y septiembre de 2023 se construyó un muro de protección para estabilizar el talud de la vía de acceso de maquinaria.
Se mejoró la estructura y de la torre de captación. El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, anunció que habrá una auditoria de las estructuras.
Pero, como detallan los docentes de la Universidad Central, toda obra construida en zonas susceptibles al impacto de flujos de lodo debe evaluarse considerando las potenciales afectaciones colaterales.