Santiago Estrella Garcés. Corresponsal en Buenos Aires
Dos demandas judiciales se presentaron en contra de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, por haber ocultado la verdadera dimensión de la influenza A H1N1 en Argentina, en donde ya hay 60 muertos.
Lo ocurrido en las últimas semanas fue el detonante para llevar adelante las demandas. Dos días antes de las elecciones del 28 de junio pasado, en el país solamente hubo algo más de 1 600 casos y 20 muertos. Dos días después, los fallecidos eran más de 50, y el jueves, el nuevo ministro de Salud, Jorge Manzur, cifró en 100 000 los casos de infectados.
Además, se conoció que el 18 de junio, la ex ministra de Salud de Argentina, Graciela Ocaña, recomendó que se suspendiera la elección. La pareja presidencial, como se dice a Cristina Fernández y Néstor Kirchner, habrían privilegiado el interés electoral antes que la salud pública.
“No sería nada extraño. Ha habido mucha irresponsabilidad ”, dijo a EL COMERCIO una fuente del laboratorio que posee el medicamento que combate eficazmente la gripe A.
Algo semejante ocurrió con el dengue, que atacaba al país hace algunos meses, incluso en lugares inusuales como la capital. En el Congreso se estuvo cerca de aprobar la declaración de emergencia nacional por la epidemia, con la anuencia del oficialismo. De pronto, una llamada de Néstor Kircher a sus senadores obligó a que sus representantes se retiraran y todo quedara en nada.
“La necesaria concentración de grandes multitudes es, precisamente, lo opuesto a lo que se ha aconsejado en países serios para evitar la propagación de la enfermedad… Toda la batería de medidas adoptadas luego de las elecciones habría sido postergada por razones políticas y, en consecuencia, aplicada tardíamente”, fue parte de la demanda del abogado Alejandro Sánchez.
La causa llegó hasta la Sala 5 de la Justicia Federal, a cargo del juez Norberto Oyarbide. “Al no encarar esta epidemia, a la Presidenta y a su marido y a todo responsable de nivel nacional en la salud. La gravedad del caso nos obliga a levantar el feriado judicial para llegar a unificar las causas”, dijo ayer a Radio Mitre.
Lo cierto es que en Argentina se vive una situación de incertidumbre, miedo y escepticismo. Los números de contagiados varían de un Ministro a otro en una misma conferencia de prensa. Además, no hay un plan único en el país para enfrentar la pandemia. Recién ayer, luego de tres meses de presencia del virus, se desarrolló la primera reunión entre los ministros de Salud de las diferentes provincias, para analizar medidas conjuntas.
Aunque en todo el país suspendieron las clases, desde hoy por un mes, las diferentes medidas en las localidades de Buenos Aires llevan a la confusión. En Quilmes cerraron locales comerciales y boliches, no así en la capital o en localidades vecinas. Cada autoridad tuvo libertad para tomar las medidas que quisieran.
Un pronóstico serio
A la espera de que termine el invierno para atenuar la circulación del virus AH1N1, especialistas calculan que las dos semanas que vienen serán los picos de la pandemia en Argentina. Se calcula que unas tres millones de personas pudieran contraer el mal.
La influenza A sigue teniendo mayor incidencia en la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, donde se concentran casi 18 millones de personas y se registraron 48 decesos con 1 870 contagios confirmados por laboratorio.
El creciente número de casos fatales ubicó a Argentina tercero en número de fallecimientos detrás de Estados Unidos (170) y de México (119).