Berna. AFP
El sol será la fuente de energía de un avión diseñado para dar la vuelta al mundo el próximo año. Los impulsores de este proyecto consideran que el futuro de la Tierra depende del desarrollo de nuevas fuentes energéticas más que de la reducción de nuestra movilidad.
De este modo, el proyecto denominado Solar Impulse pretende ayudar al progreso de una forma no agresiva con el ambiente. Este avión impresiona con sus enormes alas, que le confieren una envergadura de 63,4 metros, (de longitud similar a las de un Boeing 747).
La superficie de sus alas está cubierta por 12 000 células fotovoltaicas. Con un peso total de… ha sido diseñado para que sus cuatro motores (10 CV cada uno) le permitan volar durante 36 horas a más de 8 000 metros, con una velocidad de crucero de unos 70 kilómetros por hora.
El suizo Bertrand Piccard y su colega Brian Jones pilotearán esta nave en 2011.
Para Piccard Solar Impulse no es sólo un avión, es un mensaje de protección del entorno. “Inventar el futuro y buscar un mundo sostenible”.
Será un viaje dividido en cinco fases, cada una de las cuales durará entre tres y cinco días.
El primer avión solar volará desde el oeste hacia el este, situándose entre 10 y 30º al norte del Ecuador para aprovechar mejor las corrientes de aire y los rayos solares. La aeronave, que estará cubierta de celdas fotovoltaicas, requerirá de pesadas pilas que almacenen la energía para que continúe volando durante las horas de la noche.
Dos motores en la cola ayudarán al despegue sin asistencia y cargarán las pilas.
De acuerdo con la página electrónica SwissInfo, la aeronave imaginada por Bertrand Piccard tiene la talla del más grande vuelo comercial, pero con una estructura tan ligera como la de un automóvil. A los suizos, el tema les interesa en particular.
En 2006, el Sun 21, un embarcación deportiva, zarpó de Basilea rumbo a Nueva York, en un recorrido que tomó ocho meses . En este periplo, la única fuente de energía existente eran los paneles solares instalados en la unidad. En agosto de 2008, el primer ‘taxi solar’ del mundo, un automóvil biplaza desplazado con energía solar, partió a dar la vuelta al mundo en una aventura que le tomó 15 meses.
Ahora le toca el turno a las aves de acero. Y Bertrand Piccard, también es un suizo que materializa la construcción de la aeronave. Después de casis seis años de trabajo, el velo que cubría al Solar Impulse fue descorrido hace dos meses en el aeródromo militar de Dübendorf.
El desafío es desarrollar el primer avión capaz de volar de día y de noche sin utilizar un solo litro de combustible derivado del petróleo. Dispone de 63 metros de largo, comparables a la envergadura de los más grandes vuelos comerciales.