¿La sociedad será más segura gracias al ‘populismo penal’? Si antes no se desarraigan hábitos, poco probable. En Ecuador la principal forma de violencia no se origina por el crimen transnacional.
Durante el 2013, la tasa de homicidios se redujo en Quito, pero la primera causa de muertes tuvo que ver con razones de convivencia (46% de casos): riñas, retaliaciones, violencia familiar, etc.
Es decir, en la espiral de violencia no es una cuestión aislada la escasa capacidad ciudadana de resolver los conflictos de forma pacífica.
Es un fenómeno en Ecuador y merece estudio, no solo porque marca distancia con las expresiones de violencia de Colombia o México, sino porque pone sobre el tapete la necesidad de enfrentarlo.
Un combate a la violencia de la casa, a la del espacio público, a la del discurso, requiere más que la pragmática estrategia de los más buscados, de la videovigilancia, de policías pasados por el polígrafo o del endurecimiento de penas.
Aplacar esa realidad implica tocar estructuras: en la educación, para respetar al otro, por ejemplo. Es un derrotero que supone ceder e involucra a todos. De lo contrario, las cifras de las tasas bajarán, pero no el germen de la violencia.