Hoy, Iván Estrada, su esposa y sus tres hijos, cumplen un mes y medio de estar asilados en la casa comunal del barrio La Laguna.
La familia de este jornalero fue la primera de 14 (59 personas) damnificadas del cantón Tulcán que fueron evacuadas de sus viviendas, afectadas por las lluvias que caen en la provincia de Carchi desde hace dos mes.De todas, siete familias (42 personas) permanecen en igual número de casas comunales y asilos, convertidos en albergues temporales. El resto de damnificados fue acogido en viviendas de parientes y de amigos, informó la Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos (Sntgr), del Carchi.
La familia de Estrada recibe cada semana arroz, azúcar, aceite, fideos, leche, enlatados de atún…, atención médica y el salón de 28 m², que le sirve de hogar. Él aún recuerda la tormenta que destruyó la parte posterior de su casa, ubicada bajo un talud en el barrio Centenario, al sur de la capital carchense. “Tuvimos que salir en la oscuridad porque la vivienda empezó a caerse”.
Pero lo que más le preocupa es que su familia no podrá retornar más a la antigua vivienda. Un estudio técnico de la Sntgr determinó que, como la mayoría de casas averiadas, esta fue levantada en un sitio de alto riesgo. Marlon López, titular de la Sntgr, explicó que se califica así a las viviendas construidas en zonas amenazadas por el deslizamiento de tierra o inundaciones. “La mayoría son asentamientos ilegales”.
El temor a los deslaves también persiste en la zona rural. La localidad más vulnerable es la comunidad indígena awá de El Baboso, del cantón Tulcán, en el suroeste del Carchi. Este pueblo de 235 habitantes ha sido víctima de aluviones en inviernos anteriores. Para llegar a esta localidad se requiere caminar dos horas por la montaña desde la parroquia Lita, Imbabura, en la vía Ibarra-San Lorenzo.
En abril de este año, los comuneros, con la asistencia de la Secretaría de Gestión de Riesgos, instalaron dos carpas, de 150 m de longitud cada una, usando ramas y plásticos. Así dieron forma a dos albergues provisionales en donde se refugian las familias durante el invierno.
“La tierra y las piedras que se desprenden de la montaña cada vez que llueve duro amenazan con destruir nuestras casitas”, comenta Guillermo Cantincuz.
El campesino de 51 años es uno de los que abandona, cada noche, el pueblo, en las faldas de una loma para ir al refugio en un valle, a 200 metros del poblado.
Los problemas en El Baboso se derivan de una falla geológica, indicó López. Esto desembocó en varios pedidos de reubicación de la comunidad, al Municipio de Tulcán y la Gobernación del Carchi. Pero han pasado nueve meses y no se ha hecho nada, cuestiona Jairo Cantincuz, dirigente de Tierras y Territorio de la Federación Awá del Ecuador.
El jueves pasado una brigada de socorristas partió con alimentos y vituallas hasta El Baboso, para atender a los campesinos de esta zona subtropical y reforzar las carpas, que sirven de albergue.