Ambicioso y sin piedad, Tadej Pogacar se lanzó por la victoria de la etapa 6 del Tour de Francia, en un terreno que no es el suyo y, gracias a las bonificaciones, además enfundó la prenda que le designa como líder este 7 de julio del 2022.
El ganador de las dos anteriores ediciones y máximo favorito para la actual se ha mostrado imperial en todos los terrenos y ha dejado en papel mojado las intenciones de otros ciclistas de poner en cuestión su superioridad.
A sus 23 años, Pogacar fue el mejor en la contrarreloj inicial de Copenhague, en los adoquines de la quinta jornada en Arenberg y también en el final accidentado de este jueves en Longwy, paso a paso en busca de un liderazgo que los observadores pensaban que no llegaría hasta la etapa de este viernes con final en La Planche des Belles Filles.
La exhibición de fuerza de los dos últimos días no solo le ha llevado hasta el primer puesto de la general. Además, supone un golpe moral a sus rivales, que ven como se desvanecen las posibles griegas en la armadura del esloveno.
Pogacar tuvo que enfriar un poco los ánimos y asegurar que mantener el amarillo no será una prioridad. La única en su equipo es que, por tercer año consecutivo, su jefe de filas lo luzca en los Campos Elíseos.
“Si hay una escapada larga no vamos a obsesionarnos”, dijo el esloveno que, sin embargo, no ocultó que ganar en La Planche des Belles Filles sería especial.
Allí consiguió en una ya mítica contrarreloj su primer Tour de Francia en 2020 y ahora aparece como el escenario ideal para que vuelva a demostrar quien es el capo de esta carrera.
Su director, Josean Fernández “Matxin, también afirmó que la táctica del equipo se irá adaptando a las condiciones de la carretera.
“Ahora veremos cómo se presenta el día a día, veremos la manera de defender el maillot amarillo y qué es lo que nos interesa”, dijo el técnico.
Pogacar y el amarillo
Pogacar, ajeno a las supersticiones, no quiso valorar la que sostiene que quien sale de amarillo de La Planche des Belles Filles acaba con ese maillot en París.
“Ni siquiera lo había pensado”, dijo el esloveno, que prefirió no adelantar el guión de la primera jornada de alta montaña.
Mientras el UAE ve como la carrera se le pone de cara, sus principales rivales acumulan los rasguños.
Jumbo ha visto como uno de sus dos líderes, el esloveno Primoz Roglic, perdía más de dos minutos en los “pavés” y ahora su principal baza es el danés Jonas Vingegaard, segundo de la pasada edición, que está a medio minuto del líder.
La apuesta de van Aert
El belga Wout van Aert, líder hasta ahora, dejó escapar el amarillo en una arriesgada apuesta, la de tratar de defenderlo desde la escapada, un reto que le llevó a gastar fuerzas y a perder al final más de 7 minutos.
El Ineos, el otro equipo que puede plantar cara a la hegemonía de Pogacar, tiene cuatro corredores entre los 10 primeros, pero ninguno de ellos ha mostrado una gran fortaleza.
Geraint Thomas, vencedor en 2018 y que parte como el teórico jefe de filas, se dejó 5 segundos en el repecho final de la etapa de Longwy, de menos de un kilómetro, ante el empuje de Pogacar y ya cuenta con una desventaja de 46 con el líder de la carrera.
El colombiano Daniel Martínez, su principal alternativa, está a un minuto a la espera de que llegue la alta montaña, su terreno predilecto.
“En los momentos clave hay que estar ahí y gracias a la ayuda de los compañeros estamos ahí. El viernes es el primer contacto con la montaña. Tenemos cuatro ciclistas entre los 20 primeros y eso nos da motivación”, aseguró el colombiano, que negó que de La Planche des Belles Filles salga la jerarquía del equipo: “Lo importante es ganar la carrera con el que sea”.