En Chile, el consumo de drogas no está considerado un delito (aunque contempla sanciones), a diferencia del tráfico, que es perseguido con todos los medios de que dispone la Policía y la Justicia.
Así es como, actualmente, se encuentra desarrollando para el 2011 la primera Estrategia Nacional de Control del Tráfico de Drogas. Esta orientación del Gobierno se refiere a una línea teórica importante, la cual postula que la calidad y la eficacia de una política de drogas, se debe en gran medida a la capacidad de generar un equilibrio en prevención, tratamiento y control.
Existen algunas voces que abogan por la legalización de las drogas, particularmente a través de revistas especializadas o artículos académicos. Basan sus argumentos en la despenalización, en que hay libertades humanas que deben respetarse siempre y cuando no comprometan la libertad de otros. Este argumento se asocia comúnmente al consumo de drogas blandas como la marihuana.
Pero la sociedad chilena presenta bajos niveles de aprobación para la legalización de la marihuana, que van desde el 25% en población general al 32% en población escolar.