Las denuncias oficiales sobre presuntas conspiraciones políticas, militares o indígenas se han vuelto tan recurrentes, que lo más probable es que el Gobierno esté apostando en un juego lleno de riesgos que podría afectar a su propia imagen e, incluso, a su estabilidad. Es irónico que en este y otros casos el Régimen utilice los mecanismos y métodos que tanto critica de los medios de comunicación que no se alinean con sus políticas e ideología, los cuales, según el oficialismo, caen en la irresponsabilidad al difundir noticias no comprobadas ni verificadas… Cuando un Mandatario declara a su propia agencia de noticias y ratifica en sus cadenas semanales que estaría en marcha una conspiración con el objetivo de derrocarlo, realmente hace una aseveración tan trascendente que su solo enunciado podría causar conmoción interna y derivar en sucesos no solo políticos, sino económicos y sociales.