La realidad histórica va mucho más allá de la literatura escrita. Algunas veces un libro de historia se puede convertir en el esbirro de un objetivo mezquino que nacerá de la incapacidad de superar fuertes complejos psicoemocionales; muy humano por cierto, pero muy humano también la capacidad de asimilar y discernir los hechos relatados en cualquier clase de documentos tanto actuales como del pasado para no engendrar pasiones encontradas que llevan a divulgar la historia con distorsión a conveniencia. Es conocido incluso al aficionado a la investigación histórica que para acercarse lo más posible a la realidad hay que mojarse los pies, a veces hasta más arriba de las rodillas.
No solo es escueto sino injusto leer un libro y convertir su contenido en única posibilidad; hay factores profundos y minuciosos que se ahondarán para comprender las diferentes perspectivas de lo relatado, y es necesario conocer y entender lo mejor posible posturas y acciones distintas y contradictorias a nuestro parecer y entorno actual que aparecerán en la historia de personajes, instituciones y otras entidades cuyas decisiones han marcado y marcarán cambios en la vida de un país y un individuo.
Por esto, con todo el respeto que cabe invito a los historiadores, investigadores, aficionados y conocedores de la historia que se pronuncien para orientar al ciudadano que quiere conocer; por la vía que corresponde, para aprender la historia desde una apertura imparcial sin argumentos predeterminados por distintas filosofías, balanceando las diferentes características de la vida en general que hay en un ciclo histórico y otro. Así utilizar las referencias del pasado como guías y pautas que nos permitan evitar acciones desequilibradoras para nuestro tiempo e imitar o continuar acciones que ofrezcan equilibrio y bienestar.
Este uso indebido de la historia para fines personales, solapada por la profunda ignorancia, pretende hoy por hoy difamar nombres de personas ilustres de este país como el Sr. Gral. Don Leonidas Plaza Gutiérrez, al que acusaciones de corte meramente político e infantil, sin conciencia alguna de los vicios maliciosos que despiertan y sin respeto a las pruebas históricas que demuestran lo contrario; exculpando al Gral. Plaza de estas malas intenciones sin principio ni respeto.
Algunas referencias históricas:
-El crimen de El Ejido ante la historia / Informe del Cónsul británico. Pág. 105; – Fascículos de El Comercio por Enrique Ayala Mora; – Cuaderno 1 de El Comercio del 28 de enero del 2012-01-28 ; – Libro ‘200 años de personajes quiteños’ por Vladimir Serrano Pérez; ref.: Rodolfo Pérez Pimentel pág 46; – Diario Hoy Art. Vladimir Serrano Pérez 28 de enero del 2012; – Diario EL COMERCIO Art. ‘El crimen y victimación de Eloy Alfaro…’ pág 3 del 28 de enero del 2012.