En los últimos seis años se han registrado nueve accidentes por la fuga de gas amoníaco.
La explosión en una cañería que provocó la fuga de gas amoníaco en el barco atunero Betty Elizabeth se suma a ocho percances similares más, ocurridos en los últimos seis años en el puerto manabita de Manta.
El último accidente fue e l miércoles. Murieron cuatro estibadores, hay cinco heridos de gravedad y 32 afectados.
En estos seis años, 10 hombres que trabajaban en los pesqueros industriales han fallecido a causa del amoníaco, un químico que es utilizado para mantener congelada la pesca que es extraída en alta mar.
Los estibadores, tripulantes y personal que se encarga del mantenimiento de barcos industriales trabajan con el susto a sus espaldas, comenta Sofonías Rezavala, jefe del Cuerpo de Bomberos de Manta.
Los percances empezaron en el 2008. Entre los más graves está el fallecimiento de cinco hombres en el pesquero Andrea F. En abril del 2011 murió otro estibador en el atunero Daniela y ahora las cuatro víctimas del Betty Elizabeth.
El amoníaco, que se diseminó por el Betty Elizabeth, acoderado en los muelles pesqueros del puerto de Manta, aún era perceptible ayer, 24 de abril.
El fiscal Pedro Piguave, encargado de la investigación, ingresó al barco en compañía de los bomberos, Armada Nacional y la Policía. “Hay un 100% de toxicidad en la zona donde se registró la explosión y un 30% en el resto del barco”.
Dos bomberos, vistiendo trajes especiales, bajaron por la estrecha escalera que conduce desde la proa hacia la zona de bodegas. Ahí ocurrió la explosión a las 08:00 del miércoles.
Tras 20 minutos, los bomberos salieron y comunicaron al Fiscal que la zona aún está contaminada. A esa conclusión llegaron luego de que los medidores de gases determinaron la toxicidad. “No hay como ingresar, hay que esperar que se despeje toda el área para realizar la revisión total de las bodegas donde sucedió el percance”, comentó uno de los bomberos.
Hay una hipótesis
Las fugas de amoníaco en el puerto manabita “muchas veces se producen por equivocadas maniobras en el interior de las naves”, aseguró Rezavala.
En el caso del Betty Elizabeth, “al parecer cuando los estibadores subían el atún para sacarlo desde las bodegas, un pedazo de red se enganchó en una válvula; al ser jalado por la grúa pudo haber provocado la rotura violenta de la válvula. Todo está por ser confirmado”.
El jefe de los Bomberos de Manta dijo que el puerto necesita urgente la instalación de un puesto permanente de auxilio. Esa obra podría demandar una “inversión inicial cercana a USD 500 000 solo en equipos. Haría la diferencia en la capacidad de respuesta oportuna para poder salvar vidas. No es lo mismo salir a la carrera desde el cuartel, ubicado a 15 minutos del puerto. Ahora por lo menos nos dejan pasar en las puertas de ingreso, porque antes teníamos que identificarnos”.
Heridos todavía en riesgo
Mientras el amoníaco se esparce en el ambiente y se despeja la zona de las bodegas del Betty Elizabeth, en la Clínica El Sol, cinco estibadores se debaten entre la vida y la muerte.
En los pasillos, familiares y amigos caminan presurosos. Unos buscan noticias de los estibadores y otros llevan medicinas y alimentos. Los estibadores están en el tercer piso del centro médico.
María Teresa Olguín, esposa de Enrique Pachay Toala -de 57 años-, espera sentada sobre un mueble. Ella dijo que si su marido sale de esta será porque Dios le daría otra oportunidad.
No es la primera vez que Pachay se contamina con amoníaco. Él fue uno de los afectados del accidente del pesquero Andrea F. En ese entonces murieron cinco personas. “Estuvo trabajando en la descarga de atún y quedó herido, entonces le ardía mucho la garganta; después de cuatro metros le dieron un dinero para recompensarlo por el accidente”.
Olguín no sabe qué creer sobre la salud de su esposo. Los médicos le dicen que él y sus amigos están evolucionado, pero “mi Enrique no despierta, tiene muchos tubos conectados a la boca y nariz”.
En contexto. El fiscal de Manabí, Pedro Piguave, indicó que las fugas de gas amoníaco ocurridas en los buques atuneros, anteriores al caso del Betty Elizabeth, siguen todavía en investigación. Todos los nueve accidentes han sucedido en el Puerto de Manta desde el 2008.