De proceso a proceso, los grandes perdedores de esta Copa América son Brasil y Argentina, que llegaron a este torneo con la bandera del cambio, de recuperar la vistosidad, el ‘jogo bonito’ e incluso de rendir honores al Barcelona, el exponente del fútbol-arte.
Ni Brasil ni Argentina, que estrenaron técnicos de manera oficial, están en las semifinales. Sus lugares los ocupan Uruguay y Paraguay, que vienen jugando con su mismo entrenador desde antes de las pasadas eliminatorias y que, aunque han atacado menos, han avanzado más lejos.
Paraguay y Uruguay exhiben varios puntos en común: no juegan a la ofensiva, los entrenadores dirigen a esos seleccionados desde las eliminatorias pasadas, y el Mundial 2010 consolidó grupos de trabajo que todavía se mantienen vigentes.
También han ganado poco: los celestes solamente triunfaron en un cotejo de primera fase, mientras que los guaraníes llegan al penúltimo peldaño sin haber obtenido ni un solo triunfo.
Si hay que encontrar un seleccionado que haya estrenado con éxito un proceso, es obligatorio mirar a Perú. El estratega Sergio Markarián está en el puesto desde el año pasado, pero posee mucha experiencia luego de haber estado en 14 clubes y de haber dirigido a los equipos olímpicos y de mayores de Paraguay.
También es señalado en Perú como un DT defensivo, aunque ha ganado dos cotejos.
Tabárez halló la columna vertebral
URUGUAY
Para José Mastrandea, analista de Ovación (suplemento de El País de Montevideo), el trabajo de Óscar Washington Tabárez ha logrado algo clave: encontrar una columna vertebral en la que plasma sus ideas y su estilo de juego.
Tabárez, en el cargo desde el 2006, se basa en cinco jugadores: el arquero Fernando Muslera, el zaguero Diego Lugano, el marcador Egidio Arévalo Ríos y los atacantes Diego Forlán y Luis Suárez. Si ellos están bien, Tabárez puede sostener su idea del juego, basado en la marca constante, el pase largo y la meticulosidad en jugadas a partir de balón parado.
A excepción de Muslera, esta base ha estado presente en Uruguay desde las eliminatorias al Mundial del 2010 y todavía está vigente a pesar de que los charrúas no han tenido una Copa cómoda y en la que incluso se habló de la caducidad de referentes como Forlán, que lleva un año sin anotar para la selección.
Los celestes sufrieron con Perú y Chile (empates 1-1 en ambos casos), antes de ganar a México (1-0). La euforia se desató luego de eliminar a Argentina en penales, en un cotejo en que Muslera fue determinante. Uruguay no está jugando a la ofensiva, pero eso no molesta al veterano analista Jorge Savia, quien recuerda que, en toda hazaña futbolística de Uruguay, siempre el arquero y los postes son las figuras.
Markarián enseñó el verbo marcar
PERÚ
Ahora hay dos magos que sacuden al mundo: Harry Potter y Sergio Markarián. El primero, libra en los cines su batalla final contra Voldemort. El segundo tiene un reto aún más difícil: llevar a Perú a su primer Mundial desde 1982.
Para el analista Elkin Sotelo, de El Comercio de Lima, Markarián logró encontrar rápidamente una base para trabajar. La Copa es un ensayo general pero la meta era hallar la materia prima para ese proceso. Lo logró.
Otro factor clave para Sotelo que ayudó a Markarián en la Copa es la credibilidad de su nombre. El analista considera que es la primera vez que Perú tiene un estratega cuyas palabras generan repercusión internacional, como lo demostró su ya famoso destape luego de la derrota ante Chile, cuando le dijeron ‘ratón’. Pero esa credibilidad también sirve hacia adentro del equipo, que sigue sus disposiciones tácticas.
Tanta es su influencia, que logró que Paolo Guerrero no se enfadara por ser el único delantero (Perú siempre jugó con dos) ni que Juan Vargas reclame por jugar tan cerca del arco rival.
Pedro Canelo, del suplemento limeño DT, no considera que Markarián sea en realidad defensivo, sino que administra los pocos buenos jugadores que tiene la albirroja, además de que agregó dos verbos a la labor de la selección: marcar y anticipar.
Martino mantiene el estilo defensivo
PARAGUAY
En realidad, para Jorge Búsico, analista de La Nación de Buenos Aires, el proceso del técnico Gerardo Martino no comenzó cuando asumió el cargo, en el 2007. Comenzó desde el 2002, cuando llegó a dirigir a clubes de Paraguay, como Libertad y Cerro Porteño, con los que obtuvo el campeonato local.
Por eso, cuando el DT Sergio Markarián dejó la Selección tras el Mundial del 2006, escoger a Martino era algo natural.
Ese conocimiento del futbolista paraguayo permitió a Martino continuar el estilo de su predecesor, que en realidad mantuvo la vieja escuela guaraní de marca, entrega y contragolpe.
Búsico estima que Martino no ha hecho nada diferente en la Copa de lo visto en el Mundial del 2010, cuando Paraguay accedió a cuartos de final en la tanda de los penales, para dejar atrás a un Japón sorprendente. La manera de jugar es la misma, aunque también la preparación del
cotejo, muy minuciosa.
Lo que sí ha faltado, en relación con el torneo en África es definición. Los delanteros Lucas Barrios, Roque Santa Cruz y el alternante Nelson Haedo Valdez no han estado certeros. Eso ha sido compensado, en opinión del analista Román Iucht, del suplemento Cancha Llena, por una gran dosis de fortuna, la cual obliga a hacer estampitas de ‘san Justo’, el arquero de los guaraníes.