Con él se cumple perfectamente aquello de que después de la tormenta viene la calma. El remezón en la Videna, que dejó‘muertos’ y heridos, parece ser historia y Sergio Markarián, lejos de lamentarse por la mala fortuna, se llena de optimismo y de fe.
Pese a las lesiones de Claudio Pizarro, Jefferson Farfán y otros estelares, el DT de Perú no ha cambiado su apuesta en la Copa América y se juega el futuro con nuevas figuras.
A pocas horas del debut con Uruguay por el grupo C de la Copa, Markarián se confiesa:
¿En cuánto afectarán las ausencias de Pizarro, Farfán y, posiblemente, la del volante Juan Vargas?
En que vamos a perder jerarquía, especialmente del último si es que no llega al primer partido con Uruguay. Son jugadores importantes, los consolidados más notorios; pero no le tengo miedo al funcionamiento ya que lo tendremos siempre.
Sin los consolidados, ¿a quiénes recurrirá?
A jugadores que nos den más seguridad de rendimiento. Nos quedan los más jóvenes del torneo local. Algunos que van camino a la consolidación. Luis Advíncula, por ejemplo, ya tiene nueve partidos, un rendimiento puesto a prueba, juega en varias posiciones y en todas muy bien. Es perfectamente utilizable sin riesgo, sin temores.
¿Y los otros?
Hay que tener más cuidado con los otros. Si hace falta recurriremos a los que tengan más tiempo con nosotros. Manejarlos de a poco, ver sus evoluciones dándoles más minutos de partidos. Pasó con Ruidíaz ante Japón, donde jugó los últimos 25’. En cambio le costó al siguiente donde jugó desde el inicio. Lección: no exponer a un joven al inicio como concepto general. Esto no quiere decir que mañana tenga que ingresar, así de golpe.
Con los lesionados a la vista, ¿intentó reformular y ampliar su lista?
No lo he hecho. No reformulé, pero sí lo pensé y me quedé tranquilo. Todos los convocados son muy buenos. No es serio recurrir a alguien que esté parado sin jugar. Preferí no salir de lo que ya había elegido y pensé que había que seguir adelante.
¿Y no se levantó un día preguntándose quién se lesionará hoy?
He orado mucho junto con Alberto Rodríguez (defensa de la Selección). Ambos nos arrodillamos a rezar. Hace poco tuve una lectura bíblica que trataba del binomio oración y trabajo. Hacemos lo mejor, aunque es seguro que me voy a equivocar.
Aparte de Rodríguez, ¿otro jugador rezó con usted?
Con él especialmente. Su lesión merecía un tratamiento espiritual. Así hemos logrado que Alberto tenga sus mejores 20 días de entrenamiento en estos últimos tiempos. Dios quiera que lo tengamos sanito. Que nos juegue la Copa, que se vaya a su nuevo club y vuelva. Hablamos de un jugador que hace mucho tiempo no actúa seguido.
Poniéndose en los zapatos de los técnicos rivales, si usted tuviese que enfrentar a Perú sin Pizarro, Vargas y Farfán, ¿cómo lo haría?
No me puedo poner en ningún zapato de nadie, me alcanza con ponerme los míos.
¿Pero representamos una fuerza diferente?
Mis objetivos son los mismos, sigo teniendo la misma aspiración y con un buen trabajo de equipo, las ausencias importantes las vamos a suplir.
¿Varió el objetivo con tantos lesionados?
El objetivo no se modifica, se puede, de hecho, variar la alineación. En lo táctico tampoco afecta mucho, pero sí quizá en cuanto al sistema. En ese sentido tampoco será una gran pérdida porque como hemos entrenado todos los sistemas con los que quisiéramos jugar, no ocurrirá la desventaja de decir que lo hacemos a último momento.
¿Se previno esto?
¡Desde el primer microciclo! No creo que afecte cualquier sistema que yo decida jugar y es probable que utilice más de uno. Todos los cambios tácticos trabajados los hicimos para todo el plantel. Siempre hicimos dos alineaciones y yo he trabajado en lo táctico con entrenamiento de sistema, coordinaciones de marca, de ataque mientras que Pablo Bengoechea (el asistente) trabajaba con otro grupo en el balón parado de ataque. Luego intercambiábamos.
¿Este Uruguay llegará en el nivel del Mundial o tendrá algún retoque?
Básicamente es lo mismo del Mundial, aunque de alguna manera enriquecido. Apareció Abel Hernández, que es veloz, de buena técnica, con fantasía. Están luego Ramírez y Lodeiro que le agregan cierto poderío ofensivo.
Sus datos
Sergio Markarián nació el 1 de noviembre de 1944 en Montevideo. No pudo ser jugador profesional. Es DT desde 1976.
Ha sido campeón de clubes con Olimpia, Cerro Porteño y Libertad (Paraguay); Universitario de Deportes y Sporting Cristal (Perú) y la U. de Chile.
Fue DT de Paraguay en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 (quinto puesto). Fue DT de Paraguay en el Mundial del 2002 (16º puesto). Dirige a
Perú desde el 2010 (10 cotejos, cinco triunfos en total).