En la “Costa del Espacio”, alrededor del Centro Espacial Kennedy en Florida (en el sureste del país), los habitantes se debaten entre tristeza, amargura e inquietud por el futuro, a medida que se aproxima el último lanzamiento de un transbordador espacial estadounidense, el Atlantis, el 8 de julio. La emoción es todavía más intensa porque el fin de este programa, tras 30 años de existencia, es un auténtico golpe para la economía local. Unos 27 000 empleos directos e indirectos deberán desaparecer según responsables locales.
“Es como perder a un familiar”, explica emocionada Marcia Gaedcke, presidenta de la Cámara de Comercio de Titusville, localidad más cercana a Cabo Cañaveral, en la costa Atlántica de Florida. “Esos transbordadores tienen su personalidad y los consideramos como miembros de nuestra familia”, prosigue.
“Va ser muy duro para todos nosotros ver este último lanzamiento. Va a ser un momento de gran orgullo y de una emoción muy fuerte”, reconoce esta residente de larga data de Titusville que, con sus 45 000 habitantes, perderá 40% de los 8 000 empleos que dependen directamente del centro espacial.
“Me crié aquí. Mi padre trabajó 32 años en el transbordador, mi cuñado todavía lo hace y mi hermana y yo misma estuvimos empleadas”, cuenta Gaedcke. La atmósfera es igual de sombría en el restaurante New York-New York. Desde el programa Apollo de conquista de la Luna en los años 60, es un célebre punto de encuentro de empleados y jubilados del complejo espacial, situado a una decena de kilómetros.
Sentada con sus amigas, Betty Ford, una señora mayor y sonriente, cuenta con emoción cómo va a vivir el último despegue del transbordador. “Es muy triste ver eso”, dice. Y recuerda haber asistido a todos los lanzamientos (134) del transbordador, desde el primero en abril de 1981. “No tenemos nada especial previsto para esta ocasión, es algo íntimo” , dice.
En el King’s Duck Inn, un bar cercano a una de las entradas del Centro Kennedy, donde numerosos técnicos e ingenieros se reúnen después del trabajo, de los cuales algunos ya han sido despedidos, se nota el enfado. “No tenemos ni idea de lo que será el porvenir del programa espacial. Es una incógnita total” , explica con amargura Garry Broughton, ingeniero de United Space Alliance, una compañía subcontratada por la NASA. “Gente es despedida todos los días” , se queja este ingeniero que perdió su trabajo tras 32 años de carrera. Ahora está jubilado.
“Algunos son voluntarios para ir a trabajar a Afganistán para dar de comer a sus familias, ya que aquí no hay trabajo”, repite mientras se toma una cerveza. Broughton critica la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de cancelar el programa Constellation para volver a la Luna lanzado por su predecesor George W. Bush. “Es una mala decisión que ha eliminado miles de trabajos aquí”, lamenta el ex ingeniero. “No sabemos dónde vamos y pagamos a los rusos para transportar a nuestros astronautas al espacio”, añade.
“Los próximos cinco años van a ser muy duros”, predice Melisa Stains, presidenta de la Cámara de Comercio de Cocoa Beach, un balneario situado a una veintena de kilómetros del centro espacial. “Habrá que esperar al menos cinco años, e incluso diez o quince antes de que se lance otro programa de vuelos espaciales habitados” , explica.
Mientras, “intentamos animar a un máximo de empresas a que se instalen aquí. Apuntamos a las energías alternativas”, dice a la AFP , antes de explicar que la región tiene dos factores a su favor: el sol y el océano.
Rob Varley, director de la oficina de turismo de la “Costa del Espacio”, piensa que la región logrará compensar la pérdida de ingresos turísticos (de 25 a 30 millones de dólares) generados por los cinco o seis lanzamientos anuales de transbordadores que atraían, cada vez, a cientos de miles de curiosos. Pero según Valey, no todo es malo. Pone como ejemplo los cruceros propuestos por Disney con salida en puerto Cañaveral, actividad en pleno crecimiento con un boom de turistas extranjeros en 2010. Esta actividad, combinada a la del parque temático “ Disney World ” en Orlando, a 70 km, da trabajo a 20.000 habitantes de la “ Costa del Espacio ”