La pandemia agravó su situación. Los ingresos de hasta USD 15 diarios trabajando en restaurantes, en el norte de Quito, ya no eran suficientes para que Reymar Cáceres pudiera mantener a sus tres hijas.
Ante ese escenario adverso, tomó una decisión radical: tras la finalización escolar pasada, a mediados de agosto decidió regresar a Venezuela con sus pequeñas de 13, 10 y 5 años.
Las niñas, que cursaban su educación en instituciones públicas en la parroquia Calderón, son parte de los chicos venezolanos que ya no estudian en los centros educativos ecuatorianos.
Cifras del Ministerio de Educación revelan que en el período lectivo 2021-2022, por primera vez en los últimos cinco años, se produjo una reducción en la matriculación de alumnos de esa nacionalidad.
Así, los datos reflejan que en este nuevo período educativo hay 41 967 chicos cursando la educación inicial, primaria y bachillerato en los centros públicos, privados, fiscomisionales y municipales del país. Esa cifra es 20,7% menor al período 2020-2021, cuando había 52 982.
La provincia que más chicos perdió es Pichincha. Le siguen Guayas y El Oro.
El Gobierno ecuatoriano reconoce que ha habido una salida de extranjeros. “Sí, evidentemente hay una salida del país”, dijo Luis Vayas, vicecanciller de Movilidad Humana.
Aunque no agregó las causas, dijo que pudiera ser que hayan retornado a Venezuela y viajado a otras naciones.
“Cuando empecé a ver los documentos, cuando fui designado como viceministro, antes hablábamos de la regularización de 470 000 venezolanos, ahora estamos hablando de cifras que están en alrededor de 430 a 450 000”.
¿Qué pasó? Las organizaciones de venezolanos en Ecuador sostuvieron que la emergencia sanitaria mundial agravó la crisis económica, principalmente, en aquellas familias que ya estaban consolidadas en el país antes de la pandemia. Esas personas, coincidieron, ya tenían a sus hijos estudiando y habían planificado una estancia a largo plazo.
Para Andrew Castro, de la Fundación Mueve, siguen llegando al país migrantes a través de los pasos irregulares, pero probablemente no alcanzaron a matricular a sus hijos este año. Sin embargo, cree que la reducción de alumnos se originó por la salida de aquellos que ya formaban parte de la sociedad ecuatoriana.
“Tenemos casos de venezolanos que fueron gravemente afectados por la pandemia y dicen que para pasar trabajo afuera, con sus hijos, prefieren hacerlo en Venezuela y no tienen que pagar alquiler”.
Ronald Borges, del refugio Un Techo Para el Camino, en Guayaquil, cree que hay casos de gente que viajó desde Ecuador hacia Chile o Estados Unidos. Pero también hay un patrón inusual de retorno a Venezuela porque muchos van a tramitar un pasaporte, documento con el cual podrán emprender una segunda migración hacia Europa.
En ese grupo están Javier Salazar, de 26 años, quien habita en Quito desde el 2016. Tiene previsto volver a Barquisimeto a finales de este mes, luego de afrontar dificultades económicas. El joven desea tramitar su pasaporte para viajar a España el próximo año.
Contó que ahora ese documento es tramitado con mayor rapidez en su país, antes podía tardar, incluso, años.
Relató que su hermano mayor abandonó Quito el mes pasado con dos sobrinas venezolanas en edad escolar. Fueron retiradas de sus colegios fiscales en el sector El Inca y continuarán sus estudios en Venezuela. Salazar viajará con su connacional, Moisés Sánchez.
Yoraxis Molina Gonzales, de 38 años, dejará Guayaquil el próximo viernes. La mujer empezó el miércoles pasado a armar su equipaje.
Relató que irá a tramitar su pasaporte, visitar a su familia y conocer a un nieto que nació durante los tres años que habitó en Ecuador.
“Tengo amigas que retiraron a sus hijos de las escuelas y se regresaron a Venezuela, prefirieron pasar trabajo allá porque al menos tienen una casa”.
Esta situación se vive mientras el Gobierno alista el nuevo proceso de regularización. Vaya explicó que en noviembre empezará este proceso, con un registro migratorio.