El sedán es, probablemente, el tipo de vehículo más tradicional de todos, pues su configuración física de tres volúmenes claramente diferenciados (compartimento del motor, habitáculo y maletero) tiene al menos siete décadas de vigencia plena.
A pesar de su amplia trayectoria y de que en estos tiempos la industria automovilística cambia con mucha rapidez para adaptarse a los requerimientos de los nuevos usuarios, no se advierten cambios radicales para este segmento en el futuro cercano.
Esto se debe a que el sedán desde siempre ha sido un vehículo muy práctico para el uso cotidiano, especialmente en áreas urbanas, pues su espacio interior y su economía de operación lo hacen ideal tanto para familias medianas como para personas solas.
Además, las permanentes innovaciones tecnológicas y de diseño introducidas en estos modelos por los fabricantes han evitado que el interés de muchos consumidores se desvíe hacia otros segmentos que han ido apareciendo y popularizándose en años recientes.
Muchos de ellos, incluso, toman como base de su desarrollo a los sedanes, dada su versatilidad. Ese es el caso de los crossover, que se ubican a medio camino entre un automóvil y un todoterreno.[[OBJECT]]
Hoy, más que nunca, el sedán es sinónimo del auto elegante y estilizado que muchas personas buscan no solo por su función como medio de transporte, sino también por considerarlo una extensión de la imagen que se desea proyectar.
Y no necesariamente hablamos de ejemplares pertenecientes al segmento Premium, que por su naturaleza son los abanderados de la exclusividad y la distinción. Nos referimos a los modelos actuales de todas las gamas, mucho más atractivos y mejor equipados que sus antecesores de hace relativamente poco tiempo.
En un mercado ultracompetitivo, con cada vez más modelos en oferta y consumidores más informados y exigentes, las marcas pugnan por conservar la preferencia de sus clientes tradicionales y por conquistar a otros nuevos, generalmente jóvenes y ávidos de encontrar mucho más que un vehículo.
La propuesta empieza en las formas modernas y diferentes, que acercan a los usuarios los estilos que alguna vez estuvieron reservados únicamente para los vehículos más costosos. Líneas simples, suaves pero agresivas a la vez suelen crear una apariencia física que sugiere el poderío mecánico de un determinado ejemplar.
Respecto de esto último, no fue fácil llegar a lo que ahora ofrece el mercado, pues cada vez se acentúa más la relación inversamente proporcional entre desempeño y consumo de combustible / emisiones contaminantes.
Los usuarios buscan modelos poderosos pero que a la vez les ofrezcan mayor kilometraje por galón, lo cual podía sonar a una terrible contradicción hasta hace una década. Pero hoy es posible encontrar un sedán con motor de 1,4 litros que se mueve como uno de 2,0 pero que consume como un 1,2 algo más antiguo.
Pero la oferta no queda en las formas y en la mecánica, pues si bien ambos factores pueden determinar la compra de un sedán nuevo (juntos o por separado), son los elementos diferenciadores los que hoy por hoy suelen tener mayor peso en la decisión final.
En tal sentido, el equipamiento se cuenta entre los componentes más valorados por los compradores de autos. El confort, el entretenimiento y la seguridad no pueden estar desligados de la estética y de las cualidades mecánicas para los usuarios contemporáneos.
Pero dado que la disponibilidad de esos elementos está condicionada por la capacidad adquisitiva del comprador, las marcas ofrecen sus modelos en varias versiones, para adaptarlos a las preferencias.
En las siguientes páginas encontrará una guía detallada y muy variada de los sedanes disponibles en el mercado nacional, que le ayudará a ubicar al de su predilección. Pero antes de decidirse por uno le sugerimos analizar detenidamente las opciones y comparar entre modelos equivalentes.