Con su victoria en el Gran Premio de Mónaco del domingo, Mark Webber marcó un hito histórico: se convirtió en el sexto piloto ganador en igual número de carreras en lo que va de la temporada.
Aunque ese hecho no necesariamente debe interpretarse como la imposición de un récord, sí establece un hecho inédito en la Fórmula 1, pues nunca se había dado una situación igual en los 63 años de existencia de la máxima categoría.
Hasta el pasado Gran Premio de España se había repetido una situación que ya se vivió en 1983, 1975 y 1967, cuando las cinco primeras carreras de esos años habían tenido igual número de ganadores, convirtiéndose hasta entonces en las temporadas más competitivas de los años recientes.
No obstante, Alain Prost, Niki Lauda y Jim Clark, en ese orden, repitieron victorias en la sexta cita del Mundial y con ello evitaron llegar a lo que ahora se vive en la F1.
Eso sí, Red Bull se convirtió en el único equipo que ha logrado la victoria con sus dos pilotos, lo cual explica parcialmente su amplio dominio en la clasificación general del campeonato de constructores.
En buena medida, la alternabilidad de triunfos de la F1 2012 se debe al impredecible comportamiento de los neumáticos Pirelli, que con su variable desempeño en los diferentes circuitos obliga a las escuderías a afinar sus estrategias de una manera más precisa.
Esto implica que la puesta a punto de los monoplazas debe evitar un desgaste de llantas aún más acelerado del que ya las caracteriza, debido a la utilización de compuestos blandos en su fabricación.
Así, el nivel de degradación del caucho y los factores meteorológicos configuran una fórmula que podría echar abajo todos los planes y las previsiones.
En Mónaco, la lenta degradación de los neumáticos blandos y superblandos (a diferencia de otras pistas), la amenaza de lluvia y la estrechez del trazado confluyeron para que la carrera terminara con los pilotos en los mismos puestos en los que permanecieron durante la mayor parte de la prueba.
No obstante, Canadá ofrecerá nuevas condiciones a las que los pilotos y equipos tendrán que adaptarse en busca de un desempeño óptimo. Y la posibilidad de que un séptimo piloto diferente suba al primer escalón del podio seguirá latente hasta el último minuto.
A estas alturas del año pasado, Sebastian Vettel ya había ganado cinco de las seis carreras disputadas y muchos lo proclamaban bicampeón. Esta vez, la incertidumbre reina en los pronósticos.