Danilo Carrera y José Francisco Cevallos no ceden en sus posiciones. Los dos argumentan tener la razón. Esa pelea absurda ha llevado al deporte a un escenario infructuoso, crítico y de incertidumbre. Esto, coincidentemente, a pocos meses de que se desarrollen los Juegos Olímpicos de Londres.
¿Quiénes pierden? Indudablemente que son los deportistas, los cuales evitan pronunciarse sobre el tema por temor a represalias del Ministerio del Deporte y del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE). Históricamente, estas dos organizaciones han sido distantes. Sus directivos han mantenido posturas contrarias, asumiendo que aquello interfiere en las acciones que realizan.
Una muestra es lo que hizo el COE en los últimos años. Este blindó su territorio con la creación de federaciones para apuntalar su poder. Y en esa disputa los funcionarios que representaron a los gobiernos de turno, se involucraron, sembrando incertidumbre. Pero esto pareció que tendría un final con la reformada Ley del Deporte. Aún no es así porque a lo que ha dado cabida es a que se consolide una estructura con apoyo gubernamental para manipular a las federaciones provinciales y nacionales, base principal del desarrollo deportivo. Y ante eso, los deportistas siguen preocupados porque están en el medio del COE y del Ministerio, entes que financian y validan sus participaciones internacionales. Es hora de terminar esta pelea absurda.