La capital estadounidense amaneció ayer paralizada por una gruesa capa de nieve que obligó al cierre de las escuelas y las oficinas públicas y dejó buses atascados y un tránsito imposible como consecuencia de una tempestad invernal que afecta el este de Estados Unidos y ha cobrado ya una decena de muertos.
Como consecuencia de la tempestad la Casa Blanca suspendió su diaria conferencia de prensa.
Se trata de un invierno particularmente duro en esta región del país, y de acuerdo con la prensa estadounidense unas 800 000 viviendas y empresas quedaron sin electricidad, especialmente en el este y el sudeste del país.
El sitio web especializado Flightaware informó que más de 4 500 vuelos fueron cancelados ayer en la mañana desde o hacia Estados Unidos, además de los 3 700 que habían sido suspendidos el miércoles.
La empresa que administra la circulación de trenes, Amtrak, también canceló la operación de diversas vías. En el centro de Washington, la circulación fue extremadamente difícil por la cantidad de nieve acumulada por la precipitación durante la noche, más de 30 centímetros.
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) había alertado en los últimos días la proximidad de un “domo gigantesco” de corriente de aire frío proveniente del Ártico y que se instalaría sobre una parte de Estados Unidos, creando una “tempestad glacial” capaz de “paralizar” varios Estados.