Una hora y media duró el ‘Diálogo con el Presidente’ que transmitió TC y que tuvo más de 60 repetidoras en todo el país. Tres periodistas entrevistaron a Rafael Correa: Martha Sandoval, como anfitriona, el director de noticias de Ecuadoradio, Miguel Rivadeneira, y Rubén Darío Buitrón.
Los temas fueron los que están dominando la agenda: una eventual reelección de Correa y los cambios que se vienen tanto al interior del Gabinete y el movimiento Alianza País luego de las elecciones del 23 de febrero.
El Mandatario insistió en que no se trató de una derrota del movimiento que él preside, aunque sí hubo un revés, fundamentalmente en Quito que, aunque históricamente ha votado por tendencias progresistas, “es indudable que Quito votó por la derecha”.
“No estamos en contra de las personas”, dijo el Presidente, sino de ciertas ideologías. “Con todo respeto, Quito votó por la derecha”. Y añadió: “Hay ciertos grupos”, como la Cámara de Comercio o aquellos que apoyaron el supuesto golpe de Estado durante el ‘30-S’, que estaban detrás de la candidatura de Mauricio Rodas.
El revés en Quito y en algunas jurisdicciones electorales obliga al Gobierno y a Alianza País a ciertos cambios. Uno de ellos serán en el Gabinete, aunque solo anunció dos de ellos: la candidata a la Alcaldía de Guayaquil, Viviana Bonilla, irá a la Secretaría de Gestión de la Política, en lugar de Betty Tola. Esta ocupará otras funciones, que no aclaró, al interior del Gobierno. Además, Vinicio Alvarado dejará el Ministerio de Turismo para volver a la Secretaría de la Administración de la Presidencia.
Correa fue autocrítico respecto a su trabajo al interior de Alianza País. Al ser también presidente de este movimiento, aceptó que no se ocupó fundamentalmente a la gestión de gobierno y no a la organización partidaria, una tarea que no le resulta agradable, aseguró. Ese error derivó que al interior de AP, durante la selección de candidatos, se prefirió a los militantes y no a candidatos con reales posibilidades de triunfar. Sostuvo que algunas derrotas se deben a que los candidatos ganadores no tuvieron espacio al interior de AP. Y citó el caso de Agustin Casanova, alcalde electo de Portoviejo por SUMA.
Pero el mayor error de AP en esos territorios fue el exceso de confianza y haber actuado con los defectos de la partidocracia. Reconoció que hubo nepotismo, hasta argollas. “Creían que por tener el color verde ya tenían todo ganado”, dijo. Y eso es algo que no se podía permitir los revolucionarios.
En cuanto a la reelección, sostuvo que tiene el derecho a repensar la decisión de no participar en las elecciones del 2017. “Las circunstancias han cambiado”, dijo y añadió que lo que quedó demostrado es que el proceso revolucionario no se ha consolidado. El tener que ser él quien vuelva a postularse, como eventualidad, a una ‘re-reelección’ no sería la demostración de que en el partido no haya líderes, sino la ausencia de una estructura real, a pesar de ser la organización política triunfadora en las elecciones pasadas.