Viernes 27 de mayo, 13:00. El equipo de seguridad de Domingo Paredes, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), arribó hasta el Hotel Blue Marlin, en San Cristóbal. Ellos verificaron que la suite presidencial -donde se iba a hospedar Paredes- estuviese lista. Ese hotel es de propiedad de Marcos Ballesteros, concejal de Galápagos por Alianza País. Los otros cuatro consejeros electorales, su equipo de asesores y de comunicación (25 personas en total), se alojaron en el Hotel Chatham.
Esta tierra isleña, alejada de los centros de control político (Quito y Guayaquil), fue el lugar escogido por el CNE para sesionar y aprobar 4 reglamentos para el proceso electoral de febrero.
Se trata de cuatro normativas que regulan las alianzas políticas, la asistencia técnica a partidos políticos, las desafiliaciones y la auditoría electoral. Además, debieron tratar el escándalo de firmas falsas en los registros de los partidos (ver nota adjunta).
Lejos quedaron las cámaras, los fotógrafos y los periodistas que usualmente cubren las reuniones. El viernes, en Galápagos, solo hubo tres medios locales que hicieron la cobertura de la reunión de los consejeros.
Esta no fue la única ocasión en la que los vocales electorales realizan una reunión trascendental fuera de su sede en Quito. En febrero pasado, el organismo aprobó un nuevo calendario electoral en Portoviejo, Manabí. En esa ocasión, los cinco vocales decidieron que la primera vuelta de las elecciones sea el 17 de febrero del 2013. Con esa nueva fecha permitieron que entraran en vigencia las reformas al Código de la Democracia, que fueron impulsadas por el presidente Rafael Correa.
En junio, en cambio, aprobaron en Machala un reglamento que impide a los funcionarios entregar ‘información sensible’ del organismo. Esta norma fue criticada por gremios como la Unión Nacional de Periodistas, por considerar que atentan contra el principio de acceso a la información pública.
Los partidos políticos no ven con buenos ojos que el Pleno del Consejo sesione en diferentes lugares lejanos de su sede. Sostienen que el organismo tiene una “estrategia política” para evitar su oportuna intervención.
“El CNE ha tomado como costumbre entregarnos lo que ya han aprobado, lo hacen sin que nosotros lo sepamos”. Dice el director ejecutivo del Partido Social Cristiano, Alfredo Serrano.
Si bien el CNE ha desarrollado los Consejos Consultivos para acercarse a las organizaciones políticas y compartir puntos de vista, existe una crítica a ellos: “Esos espacios se han convertido en consejos informativos, no consultivos”, dice el ex presidente Lucio Gutiérrez, para quien en estos espacios no existe un verdadero debate sobre las normas. “Si todo fuera transparente hubiera una convocatoria pública y todo se haría a la luz del sol”, criticó.
El discurso que maneja el CNE es el de ‘descentralizar’ la administración electoral y acercar el organismo hacia la ciudadanía.
Pero Marcia Caicedo, ex vocal electoral, dice que el organismo tiene el desafío de dar muestra de transparencia y eso no se lo logra alejando las sesiones de la sede.