Una quincena de jóvenes diseñadores se acomoda en una sala de la Biblioteca Flacso. Algunos ya disponen sus portátiles Mac, los demás se hacen de lápices. Por entre ellos camina James Verdesoto, lejos de la figura vicaria de un maestro (aunque lo es), se muestra amigo.
El diseñador, cuya creatividad ha inundado los pósters de películas mundialmente conocidas, se dirige a los talleristas de El arte del afiche cinematográfico, espacio abierto por los EDOC. Busca saber sus conocimientos y destrezas en ilustración, fotografía y programas informáticos, para luego explicarles la dinámica de este curso que dejará como resultado afiches para cinco filmes incluidos en la parrilla del festival. Los pósters se exhibirán hoy, a las 18:00, en Ocho y Medio.
Las relaciones del diseñador de afiches con el filme a promocionar – cuenta James – se hace, además de una proyección, a través de una reunión con la gente de mercadeo (cuando se trata de filmes de estudio) y con el director o productor (cuando la propuesta es independiente o de bajo presupuesto). Aquí, la cita es con los segundos y hay proyecciones.
Es entonces cuando la creatividad empieza a bullir con preguntas y curiosidad. A las imágenes que transitan por la pantalla corresponde una idea para su promoción gráfica: colores, tipografías, relaciones con la historia, ideas sobre el tratamiento visual… y, sobretodo, la experiencia emocional, exclusivo camino para que la identidad de cada diseñador se traduzca en el trabajo.
Para James, quien se fue del Ecuador cuando contaba 5 años y no volvió por más de 40 (hace cuatro presentó una muestra de su trabajo en el Itchimbía), el afiche cinematográfico no puede surgir sin el conocimiento de referentes y una experiencia de vida, no de longevidad sino de contacto emocional.
Más aún en estos tiempos cuando la computadora, la Internet y las redes dificultan el acercamiento del público a las salas, pero abren soportes enormes para la difusión. Con ello – dice – cambian todos los frentes del entretenimiento y del diseño, se busca algo más comprometido con el ojo, profundo con la historia, artístico. James traza caminos hasta el corazón de los personajes, hasta las huellas del relato, disecciona el filme y luego condensa esos humores en una amplia imagen.
Una palabra que Verdesoto repite con énfasis es ‘inspiración’, no podría concebir el diseño de afiches cinematográficos sin esa epifanía que le viene del trabajo y de las imágenes que halla en el océano de su cabeza. Son imágenes que luego dibuja a lápiz, borronea, rehace y cuando el corazón palpita las levanta a su ordenador… próxima parada las luminarias de una sala de cine.
Su saber ahora anda en una quincena de cabezas y en tantos, tantos, tantos pósters por hacer.
Los filmes de hoy
‘Nariz del Diablo’. La cinta del ecuatoriano Pepe Yépez explora el proceso de la Constituyente que nos rige. A las 17:00, en la sala Alfredo Pareja, de la CCE.
‘Into the abyss’. Una reflexión sobre el homicidio y la pena de muerte en Texas, según la óptica de Werner Herzog. A las 15:00, en la sala 1 del Ocho y Medio.
‘La casa del ritmo’. Una cinta de Xavier Andrade que explora el universo y la vida musical de los amigos invisibles, durante uno de sus conciertos en Nueva York.
La proyección estará seguida de un foro con el director y los productores. A las 21:25, en el Incine.