El helicóptero colombiano se unió ayer al operativo para apagar los incendios forestales en Quito. Su primera misión se centró en combatir el siniestro registrado en Lloa.
El coronel colombiano Robert Zambrano, jefe operativo, participó en un sobrevuelo para identificar las zonas afectadas. Concluyó que había que enviar el contingente a Lloa por la proximidad del fuego con la zona poblada.
Para apagar el incendio se usaron dos helicópteros: uno colombiano y otro ecuatoriano. El primero en salir fue un súper puma de la Fuerza Aérea nacional, al cual se le instaló un ‘bambi bucket’ (canastilla que lleva el agua), que trajeron los militares del vecino país. El Black Hawk extranjero intervino después porque los seis tripulantes hicieron, primero, un vuelo de práctica.
Zambrano informó que también trajeron dos piscinas inflables. Estas serán usadas en caso de que a los lugares donde se registran los siniestros no se pueda ingresar. También cuando no haya reservas de agua cerca.
El método que se aplicará es colocar estos recipientes de agua, en donde caben 10 000 galones, en zonas planas y cercanas de dónde se producen los incendios para poder abastecerse rápido y lograr que el viaje sea corto.
Los militares colombianos también trajeron químicos retardantes para colocar en las zonas donde se registran los incendios. Con este material se busca inhibir el poder del fuego y hacer que el siniestro se detenga. El grupo de trabajo a bordo de las naves lo integran un piloto, un copiloto, dos técnicos de aviación, un ingeniero mecánico y un experto en manipular la canastilla de agua.
Por otro lado, el Crl. Marcelo Romero, jefe de la Brigada Aérea ecuatoriana, indicó que el país compró tres ‘bambi buckets’ a Canadá, los que llegarán el miércoles. Las especificaciones técnicas de estos equipos son muy similares a las que usa la Fuerza Aérea colombiana.
Esto, debido a que hay dos tipos de canastillas: una que absorbe el agua y otra que se llena sumergiéndola en el reservorio. Con esta adquisición, en total, sumarían cinco canastillas disponibles.
Otra de las posibilidades que las autoridades consideran es pedir la colaboración de un avión brasileño, equipado con herramientas para controlar incendios de grandes magnitudes. Esto serviría, sobre todo, para los lugares de difícil acceso, como el Pululahua.
Para hoy se espera el arribo de la segunda nave colombiana. Zambrano informó que sufrió un desperfecto en Tumaco y los técnicos aún lo reparan.