Al ingreso de los centros comerciales del ahorro se toma la temperatura y se proporciona alcohol en gel a los clientes. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Las fiestas de Navidad se acercan y los dirigentes de los 10 centros comerciales del ahorro que funcionan en Quito, conocidos popularmente como BBB (Bueno, Bonito y Barato), ponen sus esperanzas en estas fechas para recuperar las bajas ventas generadas este año por la emergencia sanitaria del covid-19.
Ellos están conscientes que, para conseguirlo, deben cumplir las medidas de bioseguridad y el 50% de los aforos, tal como lo exigen las autoridades municipales para frenar la propagación del coronavirus. Joselito Curo, vocero de los centros comerciales del ahorro, manifestó hoy, martes 24 de noviembre de 2020, que en todos los establecimientos se han cumplido a cabalidad las disposiciones emitidas por el COE metropolitano.
Es decir, se toma la temperatura en los accesos, se proporciona gel o alcohol a los clientes. Se instalan bandejas desinfectantes en los pisos y personal se encarga de vigilar que se cumplan los aforos y que no se produzcan aglomeraciones.
Curo lamentó el anuncio que hizo el alcalde Jorge Yunda de que se clausurarán a los centros comerciales que no cumplan con los aforos. “A nosotros nos piden que colaboremos con las nuevas disposiciones, pero hay nulos controles en las vías aledañas a los establecimientos en donde se acumulan cientos de vendedores autónomos no regularizados”.
Pide a la Secretaría de Seguridad y a la Agencia Metropolitana de Control (AMC) que refuercen los controles de los espacios públicos, principalmente en el Centro Histórico. “No se hace un trabajo eficaz que brinde sostenibilidad a los centros comerciales del ahorro que sí cumplen los protocolos de bioseguridad”.
Las aglomeraciones son la principal causa para el aumento de contagios de covid-19. Según datos del ECU-911, el sábado 21 de noviembre la capital registró un aumento del 60% de aglomeraciones. Se detectó 230 puntos de concentración masiva de personas.
La zona donde diariamente confluyen mayor cantidad de personas es el Centro Histórico de Quito, específicamente las afueras del centro comercial Hermano Miguel, Pasaje Amador, calles Ambato y Chile. Este fin de semana se calculó la visita de 17 000 personas en el horario de 08:00 y 14:00.
Los dirigentes de los BBB buscan reunirse con el vicealcalde de Quito, Santiago Guarderas, quien informó ayer, 23 de noviembre, que junto a los representantes de los centros comerciales han suscrito un acta de compromisos.
“Esas medidas que hemos acordado deben respetarse caso contrario como autoridades llegaremos a extremos. Si no respetan las medias de bioseguridad y aforos llegaremos a las últimas consecuencias que pueden significar el cierre de uno de ellos”, aseguró Guarderas.
Los representantes de los BBB quieren dialogar con Estefanía Grunauer, supervisora de la AMC, para indicarle que sí han cumplido con las disposiciones.
Para William Mena, vicepresidente del centro comercial El Tejar, quienes trabajan en su establecimiento se han esmerado por ofrecer bioseguridad a sus clientes. “Laboramos con el 50% del aforo que representa aproximadamente 600 personas”.
De igual forma, los 11 guardias que laboran allí se encargan de proporcionar gel y alcohol a los clientes en los accesos.
Abraham Aguilar, representante del centro comercial Ipiales del Sur, ubicado en Chillogallo, instaló bandejas con desinfectante en los ingresos al establecimiento. Se quejó de la excesiva cantidad de vendedores informales que se aglomeran en las avenidas Mariscal Sucre y Morán Valverde.
“El día más conflictivo es el martes porque hay feria”, indicó el dirigente. Por precaución – acotó- los dueños de los puestos se han realizado pruebas para evitar contagios. También no han regresado a trabajar los comerciantes adultos mayores que laboran en sus locales.
Ángel Caiza, presidente del centro comercial Granada, ubicado en el Centro Histórico, asegura que las ventas han bajado y eso se debe a la excesiva cantidad de informales que, de paso, se acumulan en las calles Chile, Rocafuerte, Imbabura, Bolívar y Sucre. A su criterio, las autoridades sólo exigen a los comercios formales que cumplen con las normas y no se preocupan de evitar aglomeraciones.